Capítulo 22: interrupciones

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Sentados, esperando a que una chica les llevara sus tragos, Gianluca y Lexie se encontraban riendo por el pequeño incidente que habían sufrido a la entrada. Como si fuera una broma, el guardia le pidió su identificación a la mujer y cuando se la mostró no le creía que tenía veintiocho años, tampoco era que pensara que era menor de edad pero quedó muy sorprendido al ver que aparentaba bastante menos años.

—¿Te das cuenta de que estamos rodeados de niños que son solo un par de años mayor que mi hijo? —comentó Lexie al ver que el local se llenaba de adolescentes en estado de ebriedad—. Me siento bastante vieja en estos momentos.

—¿Qué queda para mí? Tú al menos aparentas menos años, en cambio yo debo parecer un anciano aquí.

—No seas exagerado, tampoco estás tan mal —ella le guiñó un ojo y se sonrieron—. ¿Cuántos años tienes en realidad?

—¿Cuántos crees que tengo?

—Mmm... ¿Cuarenta? —respondió Lexie con una sonrisa traviesa, claramente bromeaba y él fingió estar ofendido—. La verdad diría veintisiete o veintiocho pero sé que tienes más, o no te sentirías viejo a mi lado.

—En tres semanas cumplo treinta y uno. ¿Sabías qué en Italia hay una tradición que dice que para mi cumpleaños debo recibir de regalo un beso de una rubia muy linda de veintiocho años?

—¿Estás coqueteando conmigo? ¿Descaradamente?

—Hace varios días, gracias por notarlo al fin.

La chica llegó con las bebidas, lo que no le dio a Lexie tiempo para sonrojarse. Ella había pedido un Daiquiri de fresa y Gianluca un whisky solo. Siguieron hablando y riendo mientras bebían hasta que él la llevó a la pista de baile, al principio le costó un poco convencerla ya que ella aseguraba que no quería bailar rodeada de quinceañeros con identificaciones falsas pero al final terminó por aceptar y no tardó mucho en comenzar a moverse abrazada de su acompañante.

Bailaban al ritmo de Ariana Grande con Problem y Lexie le gritó al oído que la próxima vez, ella elegiría un lugar apto para la edad de ellos. Gianluca solo pudo sonreír al darse cuenta de que habría una próxima salida, agradeciendo que su error no haya arruinado la cita.

—No puedo creer que estemos bailando esta música, ni siquiera sé cómo se baila esto. Jo me molestará toda la vida.

—Imagina que volvemos a tener dieciséis años, nos conocimos hace cinco minutos —él se acercó a su oído logrando que su piel se erizara en esa zona— y estoy a punto de robarte un beso.

—Si me avisas no es robado.

—Pero no sabes en qué momento lo haré.

—¿Y si yo te lo robo antes?

Gianluca se alejó del oído de Lexie para mirarla y la encontró sonriendo, sus ojos se encontraron y un segundo después ambos se acercaban hasta que solo los separaba un par de centímetros. Ya ni siquiera sabían al ritmo de qué música se movían, lo único que existía en ese instante eran ellos dos a punto de unir sus labios, pero en el último momento él se alejó.

—Lo siento, yo...

—No —lo interrumpió Lexie avergonzada—, yo lo siento mucho. Es muy pronto y no debería haber...

—¿Qué? No te disculpes, fue culpa de mi teléfono que no deja de vibrar en el bolsillo, te prometo que si no fuera tan insistente te habría besado sin pensármelo tanto —explicó él y luego sacó el teléfono para ver quién era—. Espérame aquí, es mi hermana y como la dejé sola con Vene...

La vida sucede (LIH#1)Where stories live. Discover now