Capítulo 73: «El mejor día de mi vida»

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Una semana después de ese doloroso encuentro, Lexie ya se encontraba un poco más recuperada emocionalmente y ponía toda su atención en hacer pequeñas cosas que hicieran feliz a su hija. Esa mañana se había levantado animada ya que se le había ocurrido una idea brillante, no tardó en ir a la habitación de Nick y por primera vez en los casi quince años que se conocían, ella lo despertó primero.

—¿Despertaste antes que yo? —dijo él, todavía un poco somnoliento—. Creo que hoy va a llover.

Lexie rió y lo comenzó a golpear con una almohada para que despertara por completo. Al final, él lo hizo y para asegurarle que estaba demasiado despierto, le quitó la almohada y le dio un golpecito leve.

—Levántate, tenemos muchas cosas que hacer hoy. Te doy diez minutos.

—¿No me vas a decir qué cosas tenemos que hacer?

—Ya lo verás en el camino, no hay tiempo para explicaciones. ¡Levántate, rápido!

—Sí, capitán.

La rubia salió de la habitación para darle un poco de privacidad a su ex esposo y él se quedó unos segundos sentado en la cama pensando en que hacía mucho tiempo que no la veía tan enérgica, solo esperaba que no estuviera haciéndolo en modo de negación como la última vez, ya que recordaba muy bien cómo había acabado todo cuando ella explotó.

—¡No siento movimiento, Johnsonn! —gritó Lexie desde el otro lado de la puerta y Nick puso los ojos en blanco.

—¿Te quedarás ahí afuera hasta que salga?

—¡Apúrate! No me hagas volver a entrar y ponerte yo misma la ropa.

Y dicho esto, se dirigió a la pieza de Adán para despertarlo y decirle animosamente que iba a quedar a cargo de la casa y que debía cuidar de Cielo por una hora, no creía que tardaran más que eso.

—¿Qué haces despierta tan temprano un sábado y con una sonrisa? —preguntó el chico confundido, solo abriendo un ojo.

—Son las once, no es tan temprano.

—Para ti, sí lo es.

—Eso no importa, lo importante es que debes cuidar a tu hermana porque con tu padre iremos a hacer unas compras. Te amo, adiós.

Salió de ahí para encontrarse con Nick en la sala, ya listo. Nunca iba a comprender cómo era que los hombres necesitaban tan poco tiempo para estar listos, pero no se iba a poner a analizarlo porque tenían cosas que hacer. Como ella era la de la idea, fue la responsable de conducir.

—¿Ahora me vas a decir a dónde vamos?

—Ya sabes que Cielo pasa demasiado tiempo en su habitación, tanto que ya la está empezando a odiar, sobre todo porque ahora con la cama clínica y medicamentos no se ve para nada acogedora, así que ahora tú y yo, transformaremos la habitación de nuestra hija por completo para que vuelva a sentirse cómoda ahí.

—Es una gran idea, se pondrá muy contenta.

—Sí, no sé cómo no lo pensé antes.

—Bueno, pero lo hiciste ahora y dejaremos esa habitación irreconocible.

—Gracias por acompañarme en todas las locuras que se me ocurren —sacó una de las manos del volante y la puso encima de la de él.

—Este tipo de locuras son buenas, valen la pena.

Sin nada más que agregar, se dedicaron toda la mañana a buscar nuevos adornos, cortinas y lo que pudieran necesitar para transformar esa habitación en una completamente distinta. Se habían decidido por los colores turquesas y blancos ya que la pequeña últimamente mostraba una pequeña obsesión por esos.

La vida sucede (LIH#1)Where stories live. Discover now