Capítulo 50: Darse por vencido

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Gianluca despertó a eso de las tres de la mañana, no había dormido más de una hora ya que esperó a que Lexie se durmiera para él poder hacerlo tranquilo. Sin embargo, ella había despertado a los pocos minutos y estaba sollozando en silencio, Gianluca solo necesitó sentirla temblando, para darse cuenta de que había vuelto a llorar.

La acercó aún más a él y ella se dio la vuelta para quedar frente a frente, lo miró fijamente con esos ojos plagados de lágrimas y volvió a llorar en su pecho. Él, acarició su espalda, diciéndole que botara todo lo que sentía, no sacaba nada con decirle que no llorara porque en su situación era más que entendible que lo hiciera.

Hay veces en que el dolor te sobrepasa, piensas que no lo resistirás más, que aunque nunca lo dirías en voz alta, lo más fácil sería rendirse y dejarlo ir. Lexie se encontraba en esa etapa, en la que no quería más, en la que sentía que caería en cualquier momento pero Gianluca no estaba dispuesto a dejar que eso pasara. Él sabía muy bien lo que todo eso significaba, entendía a la perfección; si bien su hija en esos momentos se encontraba perfectamente de salud, no siempre fue así.

Los primeros meses de la pequeña Venecia fueron muy difíciles, al presentar su madre problemas durante el embarazo tuvieron que adelantar el parto por lo que al nacer la pequeña, sus pulmones aún no estaban completamente desarrollados. Padecía lo que llaman; síndrome de dificultad respiratoria neonatal. Gianluca también pasó por esa incertidumbre de no saber si su hija sobreviviría al día siguiente y a eso se le sumaba la repentina muerte de Irina, quien no soportó más que un par de minutos después del parto y falleció, tomando a todos desprevenidos.

Por varios meses y por más tratamiento aplicados, Venecia seguía en un mal estado y Gianluca estuvo a punto de rendirse, no quería ver más sufrir a su pequeña; pero entonces, la pequeña presentó mejoras casi milagrosas y con los días parecía ir mejorando. Esa fue la única razón por la que pudo salir adelante, pero ahí no acababa todo, ya que al tener la vida de su hija pendiendo en un hilo, nunca tuvo el tiempo de vivir el duelo de haber perdido a su esposa y fue cuando volvieron a casa después de tanto tiempo, al encontrarla tan vacía y silenciosa que entró en una depresión de la que aún en el presente luchaba constantemente por controlar.

Fue ahí cuando volvió a pasar por el proceso de querer apagar el dolor y dejar todo, pero sabía que no podía rendirse porque su hija lo necesitaba y ahora que estaba completamente sana no podía abandonarla por lo que buscó ayuda profesional. Jamás podría haberlo logrado solo, aunque una persona piense que sí, siempre se necesita de alguien.

Recién se estaba recuperando del todo cuando decidió mudarse de país para comenzar todo desde cero y una vez que su psiquiatra le dio el alta médica, realizó sus planes. Conocer a Lexie fue realmente fundamental para él, nunca pensó volverse a sentir vivo o que una sola persona despertara tantos sentimientos en él después de Irina; creía que nada superaría el amor por su esposa y aunque tal vez tenía razón, ahora solo podía pensar en una mujer y se imaginaba el resto de su vida con ella.

Como profesional del área de la salud, él tenía muy claro que el amor no iba a ser el que curara su depresión; pero sí, estaba más que comprobado que tener personas que te quieren a tu alrededor, que se preocupen por ti, ayuda mucho. Te hacen sentir que vales la pena cuando ya ni tu lo crees y a veces, hasta te devuelven ese amor propio que creías perdido para siempre.

—Sabes que siempre estaré para ti, ¿verdad? —susurró él en su oído—. Cuando me necesites y cuando no también. Cuando quieras reír y cuando quieras llorar, en las buenas y en las malas. Por favor, nunca dudes en llamarme que en un segundo estaré a tu lado.

Lexie se apegó más a él como si tuviera miedo de perderlo, como si a él siquiera se le pasara por la cabeza alejarse alguna vez sin que ella se lo pidiera. Sin ser consciente de eso, él había decidido que estaría al lado de esa mujer hasta que ella le pidiera que se alejara y deseaba que ese día no llegara nunca, quería poder siempre ser su soporte al igual que ella se estaba convirtiendo en el suyo sin ser consciente de eso.

La vida sucede (LIH#1)Where stories live. Discover now