La vida sucede (LIH#1)

Capítulo 74: Oportunidades

La mañana siguiente fue de total incomodidad, Lexie no dejaba de evitar a Nick y el ambiente de tensión se sentía por toda la casa. Por más que él intentara hablar con ella, siempre había un pretexto para no hacerlo. La cabeza de Lexie daba demasiadas vueltas, sabía que no era una buena idea hablar con él hasta que se aclarara por completo. ¿Qué había sentido con ese beso? ¿Había sido como antes o una sensación totalmente nueva? ¿Y Gianluca dónde quedaba en todo eso?

Se sentía terrible, se sentía infiel por más que su relación con el médico hubiese terminado hacía ya un par de meses, todavía lo tenía en su corazón y por alguna razón, sentía que lo estaba traicionando y se estaba traicionando a sí misma. No. No hablaría con Nick hasta que tuviera una mínima idea de lo que pasaba por su cabeza... y por su corazón.

Los días que le siguieron a ese fueron del mismo modo, con una rutina que le estaba haciendo mal a todos los de la casa. Adán sabía que algo no andaba bien porque sus padres pasaron de ser casi mejores amigos a desconocidos de un día a otro pero no imaginaba qué podría ser tan terrible para ese cambio tan brusco, aunque si pudiera apostar habría asegurado que Nick había metido la pata nuevamente. Hasta Cielo notaba un ambiente cargado de incomodidad y un día le preguntó directamente a su padre por qué Lexie ya no le hablaba más.

Fue cuando Nick supo que debía hacer algo al respecto, si Cielo se daba cuenta era porque no estaban siendo para nada discretos y eso se tenía que terminar. Sí, se habían besado y sí, había sentido cosas que creía olvidadas pero estaba seguro de que ella también y si no lo había hecho, se lo tendría que admitir mirándolo a los ojos. No iba a dejar que todo volviera a la normalidad por su cuenta, las cosas no funcionaban así para ellos, nunca les tocó fácil y esa no iba a ser la excepción. Así que el martes por la mañana, luego de ir a dejar a Adán al colegio, en vez de ir hacia su trabajo enseguida, volvió al departamento y sorprendió a Lexie, quien estaba calentando agua para preparar la leche de Cielo en la cocina.

Sonrió para sí mismo, las cosas partieron a su favor ya que ahora no podría ir a encerrarse a su habitación sin razón alguna y como no quería tentar a su suerte, decidió hablar enseguida.

––Hola ––por algo había que empezar y qué más fácil que un saludo.

––¿Te has olvidado de algo?

––No, he vuelto a propósito ––las manos de Lexie comenzaron a temblar y tuvo que dejar el cuchillo que estaba utilizando a un lado para evitar nuevos accidentes. No se atrevió a preguntarle la razón por la que había vuelto aunque sabía muy en el fondo lo que podría ser. Al ver que ella no decía nada, él continúo:––. Tenemos que hablar, Lex.

––¿Hablar? ¿Nosotros? ¿De qué?

––Sabes muy bien de qué, te he dado espacio, Lex, no te he presionado en nada pero creo que llegó el momento de que hablemos de lo que pasó el sábado.

––¿Qué pasó? Nos emborrachamos, nos confundimos y eso fue todo, fin de la historia. A veces pasa, pero creo que estamos lo bastante grandecitos como para no darle más vueltas a lo que fue solo un simple beso.

––No fue un simple beso y lo sabes, sé que sentiste tantas cosas como yo y evitándome a toda costa solo demuestra que tengo razón. Si hubiese sido un simple beso, nuestra relación no habría cambiado, habría seguido siendo igual de amistosa que siempre y nos hubiésemos terminado riendo de esto, pero no fue así porque sé que algo removió y no me lo puedes negar.

—Estoy... Confundida, Nick —terminó por admitir ella, derrotada—. No puedo hablar contigo ahora porque no estoy pensando con claridad y necesito pensar para no equivocarme otra vez, no están los momentos para esto, no tengo tiempo ni ganas de algo así. No sé lo que quiero y tú no te mereces eso tampoco —los ojos se le llenaron de lágrimas y se dio la vuelta para que él no la mirara—. Ahora mismo, soy un desastre, Nick.