~D O S~

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"El sólo tenerte a mi lado ya me es recompensa, aunque no lo merezca"

Kylar terminó de vestirse tardándose lo más posible en ello, porque según él, es él quien paga a sus empleados, juro por mi vida que no puedo evitar mirarlo mal, las ganas que tengo de tirarle una cubeta a la cabeza son gigantes, si tuviera una ce...

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Kylar terminó de vestirse tardándose lo más posible en ello, porque según él, es él quien paga a sus empleados, juro por mi vida que no puedo evitar mirarlo mal, las ganas que tengo de tirarle una cubeta a la cabeza son gigantes, si tuviera una cerca no dudaría en lanzársela por ser un egocéntrico y desconsiderado, sin embargo, como la persona adulta que considero que soy, solamente me dediqué a ignorarlo de la mejor manera que pude mientras se vestía, he de decir que tampoco estaba por la labor de molestarlo y distraerlo. Si nos pusieramos en ese plan, no saldríamos de la casa en lo que resta de día, y tal vez, de semana. Para suerte nuestra, no tenía ganas de utilizar la cama o el suelo o la puerta, y no precisamente para el uso habitual que a estos se les da.

El tiempo como para todos pasa y no se puede detener por más  que queramos. Por más que nos demos cuenta de que este se gasta, él sigue su curso imperturbable, sin importarle si eso está a favor o en contra de tus intereses. El tiempo continúa su curso como un río que nunca se detiene, es un concepto que siempre es el mismo, aunque cambie de circunstacias. El tiempo es un concepto vivo que todavía no sabemos como interpretar; bueno porque a través de él nos hacemos personas, maduramos, crecemos y seguimos el ciclo de la vida, sin embargo, es malo porque cada segundo que pasa es un segundo perdido en el espacio, es un segundo sin opción a recuperación por lo que siempre, siempre estamos en constante devenir, es un constante ser o no ser, pues a la vez que somos no somos, a la vez que vivimos morimos. el tiempo es oro y diamantes y el que lo pierde, como dice el dicho: pierde un tesoro. Finalmente este también corre para nosotros sin pedirnos opinión, la más de media hora que teníamos para hacer todo se esfumó como el humo de un cigarrillo, sin hacerle caso a nadie. Salimos de la casa unos quince minutos tarde, no pude evitar mirar de la peor forma que encontré— de nuevo— al caprichoso de mi novio, es una persona terriblemente exasperante cuando quiere demostrar un punto.  A pesar de todo, aproveché ese espacio para tomar mis cosas de trabajo. como el ordenador y los dosieres, no iba a quedarme espantando moscas mientras el otro estaba en su zona de relajación. aprovecharía la tranquilidad y acabaría los presupuestos del nuevo edificio que tanto quebradero de cabeza me estaban produciendo, al menos lo haría hasta que Carla acabe su faena.

Poco tiempo tardamos en llegar al gimnasio en el cual Kylar entrenaba, este pertenece al marido de su masajista, Dani, que a la vez es el entrenador del egocéntrico aquí presente. Entramos por las puertas giratorias del gimnasio, dejamos nuestra huella identificadora en el lector y pasamos. A medida que nos vamos encontrando al personal de trabajo, estos nos saludan y nosotros se los devolvemos, con alguno nos paramos a hablar unos segundos. Llegamos a nuestro destino e inmediatamente entramos en la sala de masajes en la que Carla utiliza esas maravillosas manos de ángel que le dieron. Esta sala está habilitada para todos los integrantes del equipo de combate de Kylar, aunque normalmente este solía reservarla para él un dían entero. Justo horas antes de la pelea. Nada más poner un pie detrás de la puerta que separaba las dos estancias, Kylar entró a los vestuarios para cambiar su indumentaria por un albornoz, Carla llegó justo cuando su cuerpo desapareció por la puerta interior. Me saludó con los tipicos dos besos en las mejilla que solemos dar los españoles, se puso a preparar todo miestras me preguntaba cómo estaba, finalmente cuando lo tuvo listo se sentó a mi lado. Nos pusimos a hablar de mi nueva empresa y cómo me iba en el proceso de ponerla en marcha.

KYLARWhere stories live. Discover now