~D O C E~

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-La peor experiencia es la mejor maestra.-Kovo

Siento mi cabeza dar vueltas, siento que en cualquier momento me va a estallar en mil pedazos y no podré hacer nada, me siento totalmente descolocada y confusa como si una espesa neblina mr impidiera recordar, añadiendo a mi desgracia el gran dolor que siento en la parte frontal de mi rostro, que no me ni deja pensar, de perlas me siento, repito en mi mente porque si hablo sé que me romperé.

Poco a poco voy logrando tener consciencia de las otras partes de mi cuerpo y del tremendo frío que hace gracias al escalofrío que me recorrió entera y me erizó los vellos de todo mi cuerpo.

Estoy tentada a llamar a Ky y decirle que vaya a ver qué pasa con la calefacción, pero el dolor de cabeza me impide hablar, siento que si lo hago mi cabeza se romperá en pedacitos. Intento moverme pero el dolor en mis muñecas y en mis tobillos me distrae, lo vuelvo a intento pero algo me lo impide, el dolor de cabeza no me permite abrir los ojos y localizar que es lo que me tiene atrapada, estoy a poco de que me importe una mierda mi dolor de cabeza y ponerme a gritar.

Ésta sensación solo la tuve una vez y no fue una experiencia agradable. Muevo más mis manos y piernas pero rápidamente dejo de hacerlo cuando noto que me provoca más dolor.

Abro los ojos encontrándome con nada más y nada menos que la oscuridad, no entra ni un solo halo de luz dentro de la habitación. A pesar de mi dolor de cabeza intento recordar que fue lo último que hice para encontrarme así, tal vez una borrachera, pero yo no soy de beber alcohol por lo que descarto esa idea, algo ha pasado pero no soy capaz, ahora mismo, de decifrarlo, me siento muy confusa.

Iba caminando por la calle camino al supermercado cuando de una furgoneta salió un hombre que me dio un golpe y me colocó un paño en la boca y en la nariz, a partir de ahí no recuerdo nada, todo se vuelve negro.

Todo pasa muy rápido por mi cabeza mientras el dolor de cabeza persiste pero ahora no es tan fuerte como lo era hace un momento, sinceramente ahora mismo no tengo ni idea de cuánto tiempo llevo aquí y me está asustando muchísimo el pensar en lo que me podrían haber hecho en el tiempo que estuve dormida.

Siento un nudo ahogado en mi pecho que pronto sube a mi garganta, el pánico se está apoderando de mí, ahora que me estoy dando cuenta de que me han capturado, ya no me importa el dolor de mis muñecas o tobillos lo único que quiero es que me suelten, por favor, no me gusta estar así, solo el maldito de Elbar me mantuvo prisionera, al moverme tan desesperadamente escucho un sonido metálico tan familiar que me recorren escalofríos, cadenas, muevo las manos intentando tocarlas y lo consigo por un momento dándome cuenta de que son gruesas... y están demasiado apretadas en torno a mi muñeca. Debajo de mí, noto en mi piel es el suelo, mi piel... por dios que no sea lo que estoy pensando, que no se hayan atrevido a desnudarme.

-¿Hola?- Grito entrecortadamente por culpa del nudo que se ha formado en mi garganta, lo único que recibo por respuesta es el eco de mis palabras retumbar por las paredes, todo está en silencio, un silencio que me está matando y que pronto me volverá loca

-¡Ayuda!- vuelvo a gritar, moviendo mis manos, intento ponerme de pie, colocando mis doloridas manos en la pared que se encuentra detrás de mi cuerpo. El sonido de cadenas vuelve a helarme la sangre. Al estar todo oscuro no puedo distinguir nada, la sensación de estar atrapada y encerrada me tiene mareada, lágrimas caen de mis ojos bañando mis mejillas.

Me levanto, poco a poco, notando que las cadenas no me atan a la pared sino que me deja cierto grado de movilidad, hijos de puta todos aquellos que me hicieron esto, la justicia de una forma u otra llega y a estos desgraciados les tocará si no yo misma me encargaré de que así sea.

KYLARWhere stories live. Discover now