Tony

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Tony

Rachel se sienta frente a mí. —Tony, tengo malas noticias. —Tomo mi pastelito y le quito el papel—. Te he investigado. —Frunzo el ceño—. No puedo creer que he estado pasando tiempo con el creador de los premios Tony. —Niega, toma su muffin de chocolate y lo mastica—. ¿Sabes? Me siento algo ofendida porque no me has dado mi premio y pensé que ser la amiga de tu amigo Terry significaba algo.

Estoy tratando de no sonreír pero lo hago. Ella sigue fingiendo.

— ¡Vamos! ¿No soy buena actriz? Claro que lo soy, normalmente soy una genio, he creado armas con legos y he fabricado la cura para las cejas juntas por el exceso de bello facial con tan solo jugo de limón y una cebolla. —Se señala—. Pero aquí me tienes, fingiendo ser una adolescente más que busca llevar un promedio regular.

Sonrío y mastico.

— ¿Me darás mi premio? —Pregunta cerrando un poco la boca mientras mastica.

Asiento.

—También me doy cuenta que... no te gusta hablar. —Se encoje de hombros—. Pero creo que quizás seremos buenos compañeros de mesa en la cafetería. Soy como, hablo mucho y tú no hablas, no te ofendas porque eso es bueno. —Asiente convencida de su argumento—. Tu escucharas todas esas rarezas y pensaras, ¡Oh, Rachel debería ser la dueña del mundo o algo!

Habla tan rápido que no puedo evitar sonreír.

—Apuesto a que votaras por mi si me postulo para presidenta. —Me señala—. Digamos que lo hago, ¿Votarías por mí? Debo comenzar a trabajar en mi candidatura desde ahora. Ese es el problema por el cual muchos no ganan, piensan que un año es suficiente para convencer a un país entero pero yo, me haré tan conocida que cuando me postule, la gente me elegirá por decisión unánime, ¿No lo crees?

Asiento, sonriendo. Ella es divertida.

—Y quizás, si quieres puedes decirle a Tony que será mi secretario y tú podrías ser mi vicepresidente, pero no me traiciones, no quiero que llegues a la presidencia si me envenenas, Tony.

—No lo haré. —Ella sonríe.

—Ahora hablas, eso es un claro ejemplo que trabajas para los espías del medio oriente, no me agradas.

En ese momento, una chica se detiene en nuestra mesa. —Hola, Rachel.

Rachel rueda los ojos. —Danielle.

Danielle me mira y luego a ella. —Así que, ¿Te gustaría ir a mi cumpleaños? Es la semana próxima y...

Rachel contesta fríamente. —No.

Danielle frunce el ceño. —Yo, quiero que vayas. —Le sonríe—. Sé que peleaste conmigo el año pasado pero quiero que volvamos a ser amigas, te quiero, Rach.

Ella vuelve a rodar sus ojos. —Dani, en serio, no quiero. —Me señala—. Estaba teniendo una importante conversación aquí, así que, ¿Por qué no te vas?

Aclara su garganta. —Las cosas podrían ser como el año pasado.

Rachel la mira con una expresión falsa de felicidad. — ¿Tu llorando porque tu novio universitario te engañó con tu hermana? ¿A eso quieres regresar?

Danielle me mira y asiente retrocediendo.

Rachel sigue comiendo sus últimos pedazos de su postre.

Pensé que iba a seguir bromeando, pero su cara cambió después de la chica. Siguió hablando de algunas cosas pero había perdido su sonrisa y su humor raro.

Rachel, Tony & TerryWhere stories live. Discover now