Rachel, Tony & Terry

Tony

                  

Tony

Después de eso, no había visto a Rachel. Me oculté en la biblioteca el resto del día y me fui a casa. Terry quería jugar pero no le hice caso.

Al día siguiente, me levanté temprano para salir a correr. Le da como tres vueltas a la manzana, hasta que me cansé. Era muy temprano pero Rachel estaba sentada en la acera con un sudadero negro y pantalones de dormir.

Dudé en acercarme. Después de que me vio llorar, no pude sentirme más patético. Pero ella levantó la vista y no podía huir de ella. Camine hasta Rachel y me senté a su lado.

Ella y yo no hablamos como por dos minutos. — ¿Sales a correr? —No me mira, tiene los ojos en el pavimento.

—Algunas veces, no siempre me despierto temprano. —Hace frio, son como las cuatro y media de la mañana—. ¿Siempre te despiertas temprano?

Asiente, sin verme. —Te dije que me gustaban los amaneceres.

Una vez más, nos quedamos sin palabras.

—Tony. —Susurra Rachel—. Lamento las idioteces que te dije, tienes que creerme cuando te digo que no eres patético. No lo eres.

Lo soy. — ¿Por qué lo dijiste entonces?

Suspira mientras mira al lado contrario de la calle. —Yo... te he mentido un poco. —Si hubiera algún ruido, no podría escucharla porque habla muy bajo—. No me alejé de esos idiotas porque eran idiotas, era porque estaba comenzando a tomarles cariño. —Vuelve su mirada al frente—. No me gusta eso, me alejo de las personas y yo... me estaba, yo me encariñé contigo. —Eso me toma por sorpresa—. Tenía que alejarte de mí, antes que yo... no quiero que me conozcas completamente. Me gusta pasar tiempo contigo pero, no quiero que sepas todo de mí.

No sé qué pensar.

—Hablo enserio, Tony. No eres patético ni nada de eso que dije, lo siento, realmente lo siento. No debí hacerte eso, no lo mereces. —Ella ahora sí me mira—. Eres tan dulce y me comprendes, te gustan los perros y los bebés, eres divertido y original. Eres una gran persona, Tony. No eres patético.

Hago una mueca. —No digas eso, me viste llorar ayer, soy patético.

Niega, pone los ojos en blanco. — ¿Sabes? No me gusta llorar frente a nadie, me siento mal. Me molesta tanto cuando eso ocurre, casi no lloro... me gustaría ser como tú. —Suelto una risa irónica—. Hablo enserio, tú tienes la valentía para sentir, algunos de nosotros preferimos no sentir nada.

Respiro profundamente. —Estabas enojada conmigo.

Resopla. —Culpa de Danielle. De pronto, quería ser tu amiga y todo eso, me molestaba que quizás tú... podrías preferirla a ella.

Arrugo la frente. — ¿Cómo piensas eso? Ella no es tú.

Rachel me mira y parpadea. — ¿Lo dices enserio? Una chica te invita a salir, eso es mejor que pasar el tiempo con alguien como yo.

Niego. —Rachel, ellos jamás me han agradado. Tú sí.

Sonríe un poco. — ¿Lo ves? Eres dulce. —Toma mi mano—. ¿Me perdonas? Por favor, por favor, di que sí.

Asiento con una sonrisa. Ella también sonríe más grande y me abraza. Dejo que me abrace porque eso he querido hacer desde ayer, desde que vi como se enojó por lo que me hicieron.

Nos separamos y suelta aire. —Ah, ya me siento mejor.

Ella se acerca a mí y recuesta su cabeza en mi hombro.

— ¿Sabías que me suspendieron? — ¿Lo hicieron? —. Un día entero de no escuela. Mamá se molestó y todo pero cuando le explique que esos idiotas me habían sacado de mis casillas, solo se dio la vuelta y ya no me dijo nada.

—Lamento eso, fue mi culpa.

Sacude su cabeza. — ¿Cómo eso fue tu culpa? No te culpes, Tony. Es más, si esos bobos te vuelven a hacer algo parecido, por favor, golpéales el trasero por mí.

Sonrío. Quiero rodear a Rachel con el brazo y apretarla contra mí pero no lo hago. Quizá algún día, tendré el valor para hacerlo.

—Ven a mi casa el lunes, te invito a comer pizza. —Pide.

Ella se separa de mí y asiento con la cabeza.

Rachel me sonríe, y de alguna manera, estamos bien de nuevo.

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Hmmm... en dos capítulos más pasa algo muy interesante...

¿Rachel estaba celosa de Danielle?

Gracias por leer, mucho amor :D