Rachel

822 136 32
                                    


Rachel

Caminaba con los audífonos puestos, viendo hacia el cielo.

Habían pasado dos semanas desde que nos besamos con Tony. Las cosas no habían cambiado mucho entre nosotros, seguíamos comiendo juntos y platicando.

Lo único que cambió fue que ya no iba a su casa. Tony no dijo nada de sus padres, pero supongo que no me querían de vuelta ahí. No importa.

Mi madre conoció a Tony formalmente el sábado y comimos juntos. Ahora que él lo sabía todo, ya no me sentía nerviosa cuando ambos estaban en la misma habitación. Mamá no tocó el tema de mi padre o mi hermano, lo cual lo agradecí porque no sé si aún estoy lista para seguir con todo eso.

Mi música se detuvo porque la batería se había agotado. Cuando me quito los audífonos, escucho un especie de quejido. Frunzo el ceño y volteo pero no hay nadie.

Lo sigo escuchando, pero no suena como un humano.

Bajo mis ojos y veo unas patas blancas entre los arbustos, me acerco y veo a Terry quejándose.

Me congelo.

Terry me mira con los ojos casi cerrados y niego. Esto no puede ser verdad. Él no es Terry.

Me agacho y toco su piel. Está respirando pero parece que se está esforzando mucho para hacerlo. Mi corazón se aplasta. Trato de tomarlo pero se queja. No sé qué le duele, no sé qué le pasó.

—Terry, amigo. —Le pido con lágrimas. Me duele ver a Terry tirado ahí, sufriendo. Me duele mucho.

—Levántate. —Le pido, ignorando el hecho que no lo hará. Está débil, apenas puede respirar.

Me quito la sudadera, lo tapo con ella y lo levanto como un pequeño bebé. Lo presiono con cuidado y corro a casa de Tony. Él sabrá que hacer.

Terry lame mi cuello y sigo llorando. No quiero dejarlo ir. No puedo.

Terry es mi amigo, sé que suena loco pero lo es. Terry jamás me habló pero me hizo sentir feliz, me hizo reír. Terry me quiso desde el primer momento en que nos conocimos. No le importó que estuviera llena de mentiras.

Él me quiso.

Sin él jamás hubiera hablado con Tony.

Sin él jamás me hubiera sentido feliz de nuevo. —Vamos, Terry, resiste.

Camino tan rápido como puedo, si corro siento que le dolerá, pero estoy desesperada así que lo hago. Corro y Tony está sacando la basura. Cuando me ve, me saluda pero luego ve unas pequeñas patas blancas y mis lágrimas. Él se acerca.

— ¿Qué pasó?

—No sé. —Terry sigue quejándose.

Tony entra rápido a su casa y sale con unas llaves en su mano. Él me pide que entre al auto y lo hago, en la parte trasera. Terry sigue quejándose y yo sigo llorando. Tony conduce rápido, creo que nos lleva a un veterinario.

Terry no puede morir.

Terry va a vivir, te lo prometo. Lo va a hacer.

Seguimos escuchando sus quejidos hasta que de pronto, se detienen.

Tony deja de conducir, yo no quiero hacerlo. No quiero ver si sus ojos siguen abiertos.

—Rachel... —Tony susurra.

No abro los ojos. No puedo.

Terry no va a morir.

—Rachel, Terry está...

—No. —Niego, apretando los ojos.

Tony coloca su mano en mi rodilla y abro los ojos. Él está presionando su cara contra el respaldo de su asiento y tiene los ojos cerrados.

Terry se ha ido. 

____________________________________________

</3

Terry...

Solo queda un capítulo más...

Rachel, Tony & TerryWhere stories live. Discover now