Rachel

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Rachel

No lloré.

No me permito llorar en lugares públicos y menos en un día común y corriente. No me permito llorar porque no vale la pena.

Yo lloré mucho, antes, pero nada cambió.

Creo que Tony es mejor de lo que pensé porque en todo el camino a mi casa, jamás ha preguntado por mi papá o por ningún estúpido rumor que dicen.

Le abro la puerta y él observa con pena el lugar. Le señalo el sofá. —Puedes sentarte si quieres.

Él se mueve lentamente hasta el sofá y se sienta con la mirada hacia abajo.

Me siento en otro sofá, frente a él y espero a que diga algo pero no lo hace. Se ve incómodo.

Tomo una respiración. Normalmente me desesperan las personas que no actúan rápido, me molesta cuando caminan lento frente a mí o cuando no manejan un poco más rápido. Mamá suele conducir tan lento que tengo que masticar una goma de mascar para no desesperarme.

Aunque creo que tengo algo más de paciencia con Tony. —Así que, ¿quieres algo de tomar?

Niega moviendo su cabeza de un lado para el otro.

Suspiro y me dejo caer en el sofá. —Oye, eso de Danielle, Lenny toda la mierda que ellos hablan, no les hagas caso. —Le explico—. Ellos... da igual.

Tony se queda callado. — ¿A tu mamá no le importa que estemos aquí?

Sonrío. —No creo que se entere, ella viene tarde y no le hablaré de esto.

Asiente.

Sé que quiere saber pero no quiere preguntar. —Tony, escucha. —Me muevo hacia el frente—. No hagas caso de lo que dicen, ellos escucharon un rumor que mis padres se separaron y todo eso, no es la gran cosa. Mis padres se divorciaron y en un cumpleaños, él no pudo llegar conmigo a mi fiesta porque en ese entonces, mis padres no estaban tan bien que digamos. Pero, es solo que, me molesta. —Suspiro—. Quieren hacer un gran drama de mi vida. Él está bien, yo estoy bien. Lo visito varias veces, no es la gran cosa, solo es una separación.

Asiente. — ¿Por qué no se los explicas?

Bufo. —Traté, quise decirles mi versión pero siempre piensan que me afectó, ellos son unos tontos. Por eso ya no me importan.

Tony vuelve a quedarse callado.

— ¿Saliste con Lenny? —Pregunta.

Hundo mi cara en mis manos. —Tony, no me lo recuerdes. —Niego aun ocultando mi rostro—. Lo hice, pero fue estúpido. No lo amaba, jamás me enamoré de nadie y jamás lo haré, solo era divertido.

Asiente comprendiendo un poco de todo.

Nos quedamos sin temas para hablar, tomo mi mochila y saco mi libro. —Mira. —Le enseño una flor azul que dejaron en mi casillero.

Tony sonríe. — ¿Quién fue?

Me encojo de hombros. —No sé, pero la iba a tirar. —La tomo y está algo seca—. Pero me gusta el color, así que es mi nuevo separador.

Señala el libro. — ¿De la escuela?

Ruedo los ojos. — ¿Crees que en la escuela darían libros tan geniales como este? —Le enseño la portada.

Sonríe y ya no tiene el rostro hacia abajo. — ¿Te gusta leer? —Pregunta.

Asiento. —Mucho, es divertido.

—Lo es. —Afirma—. Me gusta leer.

— ¿Enserio? —Pregunto—. Entonces, ¿Tienes una biblioteca?

Se encoje de hombros. —Sí, algunos.

Cruzo mis piernas. —Eso es genial, yo no tengo muchos libros aquí. ¿Me enseñarías algún día tus libros?

Él se muerde el labio y sus ojos se abren con miedo. —Ah, yo, no... no sé si es, Em, una buena idea.

Mi sonrisa cae un poco. —Oh, está bien, no es como si tienes que hacerlo... quizás podrías tomarle una foto o algo.

Él niega. —No, Rachel... es mí, yo... tengo padres raros.

Ruedo los ojos. —Todos los tenemos.

Suspira. — ¿Realmente quieres ir?

Me levanto y me siento a su lado, dejando un poco de espacio. —Si quieres.

Traga saliva y respira raro. —Bueno. Pero el viernes, ¿Bien?

Me encojo de hombros. —Está bien para mí.

Tony baja la mirada a sus zapatos y mueve sus dedos, nervioso. No sé porque siempre está nervioso.

— ¿Quieres que formemos una banda? —Le pregunto.

Tony levanta la ceja y me mira. — ¿Qué?

Me levanto y le doy un golpe suave en el hombro para que me siga. Caminamos fuera de la sala, la cocina y salimos a la parte detrás en donde hay una cochera que nadie usa. Hay varios instrumentos viejos.

— ¿Tocas alguno?

Aprieta los labios. —Traté de tocar la guitarra.

Tomo una flauta. —Deberíamos tocar algo, ¿Te sabes alguna canción?

Tony toma la guitarra y coloca sus dedos temblorosamente. —Em, no pero... podemos, ya sabes, improvisar.

Comienzo a tocar una canción de cuna en la flauta y se escucha muy desafinado. Tony comienza a tocar acordes al azar y esto no parece nada a música, pero ambos estamos riendo y divirtiéndonos.

Terminamos y él deja la guitarra con cuidado. — ¿De quién son?

Me encojo de hombros. —Mi papá, solía tocar con sus amigos.

Se recuesta en una pared. — ¿Tienes hermanos? —Me pregunta.

Dejo la flauta en una mesa y contesto: —Nop. 


¿Qué piensan de los personajes hasta ahora? :D Gracias por leer!!! 

Por cierto, ya se viene lo mejor...

Rachel, Tony & TerryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora