5# Paseo

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Han pasado tres días desde que me caí en el restaurante.

Mis padres han insistido en que volvamos a casa pero les dije que no. No puedo fastidiarles las vacaciones.

Hoy hace buen día.

Falta menos para navidad exactamente doze días. Tengo que empezar a comprar los regalos.

Me fastidia bastante que mis padres estén pendientes de mi comida, son muy exajerados...

Tengo bastantes pesadillas desde ese día. Al principio creía que era normal, pero ahora me estoy preocupando. A veces me da miedo cerrar los ojos.

Sueño que unos ojos verdes me siguen por la oscuridad de un bosque y cuando me alcanza siento que me caigo en un agujero muy fondo y me despierto sudada y asustada.

Creo que se debe a que el idiota del MCdonals me cogió antes de caer al suelo ya que él también tiene los ojos verdes.

Me habría gustado darle las gracias y pedirle perdón ya que mis últimas palabras hacia él fueron que era un imbécil, pero eso se lo merece.

Me dijo mi tía Sara que me encontró entre sus brazos intentando hacerme despertar, le dijo que me había visto tirada y que vino por mí. Aparte de idiota también mentiroso.
No dije nada al respeto.

Creo que mis padres me tienen muy vigilada porque no me dejan salir sola ni a respirar aire al jardín.

-Mamá quiero salir, si me quedo un minuto más aquí me ahogo.- le digo agobiada.

-Puedes salir pero si te acompaña alguien- me dice seria. Sé que se preocupan por mí, pero es frustrante estar de vacaciones y no salir.

-Vale, entonces salgo con Rayan- le digo y ella sonríe.

-Ese bobo no creo que esté por ti. Ha hecho una amiga, la chica esa- me hace un ademán para que hable.

-Ana-digo

-Sí esa, pues eso haber cómo lo convences de que salga. Puedo salir yo contigo si él no quiere.- me dice.

No es que no me guste salir con mi madre pero me aburriría.

-Yo lo convenzo, tranquila- salgo de la cocina y subo las escaleras.

Abro la puerta sin golpear ya que él nunca lo hace, y me encuentro a Rayan encima de la tal Ana tirados en la cama besándose.
Hago una mueca de asco y empiezo a toser falsamente para que se den cuenta de que estoy aquí.
Se giran los dos a la vez. La cara de mi hermano es un poema. Me tiro al suelo riendome a carcajadas.
Él frunce el ceño y me mira con cara asesina mientras yo sigo partiendome de risa.

-¿Se puede saber de qué coño te ríes?- me mira enfadado.

Eso aumenta mi risa, joder ya no puedo parar.

La chica se queda mirando la escena que estoy dando.

Cuando me calmo le miro con una sonrisa.

-Creías que era papá- le digo con una sonrisa maliciosa.

-¿No sabes picar antes de entrar?- dice, como si él lo hiciera.

-¿Y perderme tu cara de idiota?... Creo que no, hermano- le digo feliz.

Por fin tengo la manera de que me acompañe a pasear.

-Bueno.. Yo creo que... Debería ir a... Hasta pronto- sale de la habitación corriendo. Pobre chica.

Le doy mi mejor sonrisa a Rayan que me mira con ¿miedo? Sí creo que sí.

-¿Se puede saber porqué me estás sonriendo como una sicaria?- me dice con el ceño fruncido.

Mi Prohibición ©Where stories live. Discover now