Mi Prohibición ©

10# El trabajo

Adam:

Mientras el profesor habla yo miro por la ventana. Es cierto que son vacaciones, pero yo tengo que recuperar algunas clases y aquí estoy aguantando al viejo bigotudo que tengo de profesor, explicándome no se qué de las partículas.

-Señor Carl, ¿me podría decir usted lo que acabo de explicar?- llama mi atención con mi apellido y yo odio que hagan eso.
Suena el timbre y todos se levantan.
Y yo uno de los primeros obvio.

Escucho decir al profesor:
-Salvado por la campana Carl- dice, a lo que yo le contesto:

-Es un timbre no una campana señor Rivera. Por si no lo sabía ya hemos dejado los cincuenta atrás.- digo y salgo de esa clase, se me olvidó comentar que lo que más odia este viejo bigotudo es que le contesten, así que creo que lo he dejado subiéndose por las paredes.

Me dirijo a la cafetería y me siento donde siempre y en la mesa hay mis amigos de la universidad.

Está Mario, Diego, Sam y mi amigo, compañero y mánager Alex.

Los saludo y dejo mi mochila para ir a comprar mi comida.

Cuando regreso empezamos a hablar de lo que hablan los tíos, de tías. Cosa que a mi no me interesa mucho así que me acerco a Alex.

-Hoy parece que tenemos trabajo ¿no es así?- me dice Alex

-Supongo que sin mí, mucho no podrán hacer esos perros- digo con asco. El día en que termine todo esto me iré lejos de aquí.

-En eso no te puedo decir que no. Por cierto ¿sabes qué tenemos que hacer?- me dice poniendo los pies sobre la mesa lo que provoca que Mario se los quite, Mario es un poco muy ordenado para no decir maniático del orden y de la limpieza.

-No, pero seguramente entregar un camión de drogas o de armas- le digo sin darle mucha importancia, ya estaba acostumbrado.

...

Salgo de la universidad a las dos, y me voy a la mansión.

Tengo mi propio apartemento, pero me es mas fácil vivir donde trabajo así ahorro tiempo.

Tengo que trabajar de seguridad antes de ir a hacer un trabajo con los compañeros de la universidad y después hacer mi segundo trabajo, si es que se le puede llamar así.

Tengo un día muy ajetreado.

Estoy en el jardín sentado en un sillón esperando alguna tarea que hacer mientras repaso para el examen de mañana.

Ya son las cinco y mi turno ya termina. Bueno se puede decir también que me pagan por sentarme.

Me voy a mi habitación me doy una ducha rápida y salgo a cojer mi coche en dirección a la biblioteca.

Paso por casa de Lucas uno de mis compañeros para el trabajo y nos dirijimos hacia allí.

Nos la pasamos estudiando como dementes y preparando la exposición.

...

Son las diez y me preparo para salir a trabajar.

Me pongo mi sudader negra, chándal gris y unas deportivas.
Voy cómodo.

Voy saliendo de la mansión, aunque falte más de una hora, ya que tengo que ir a las afueras de la ciudad y antes pasar a por Alex.

Bajo las escaleras y me encuentro a Carmen limpiando el cristal de la ventana.

-¿Necesitas ayuda Carmen?- le digo por detrás, creo que la he asustado por su forma de mirarme.

-Si me quieres ayudar a morir creeme que si sigues así lo vas ha hacer pronto- dice tocándose el pecho.