20# Casualidad

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-Cielo, levanta son las siete- escucho la voz de mi madre y abro los ojos.- Levanta que tienes que ir a estudiar- dice y sale por la puerta.

Me levanto y miro el móvil, no tengo ninguna notificación.
Me voy a la ducha y me doy una ducha muy corta ya que tengo menos de cuarenta minutos para preparme.

Salgo y me visto con unos vaqueros negros, una sudadera verde y mis convers negras. No tengo ganas de arreglarme, esta es mi tradición, cada lunes me pongo unos vaqueros y una sudadera. Me peino y dejo mi pelo suelto ya que me da pereza hacerle algo.

Bajo y a mis fosas nasales les viene una olor a tortitas y chocolate. Se nota que está mi madre en casa.
Llego a la cocina y veo a mis padres y Rayan desayunando.

-Buenos días- digo y me contestan con lo mismo. Me siento y mi madre me sirve el desayuno.

-Hija,- dice papá leyendo el periódico- falta poco para tu cumpleaños y con tu madre y Rayan hemos decidido que puedes celebrarlo en un local.- dice y mi corazón salta de la emoción.

-¡¿En serio?!- digo incrédula.

-Sí, pero- siempre tenía que haber algún pero- hay condiciones que hablaremos más adelante, aún falta más de un mes para ello.

-¡Muchas gracias, sois los mejores!- me levanto y los abrazo a los dos.

-No nos las tienes que dar a nosotros, ha sido idea de Rayan- dice mi madre y abro los ojos sin creerlo él tose y sale de la cocina.

Termino mi desayuno y escucho el claxon del coche de Rayan, me despido de mis padre y me voy.

-Que majo eres Rayan- le digo entrando en el coche.

-¿Por?- me dice poniendo el motor en marcha.

-No te hagas el tonto, por lo de mi cumpleaños.- le digo contenta.

-Lo he hecho porque te tenía que devolver el favor que me hiciste en averiguar los gustos de esa niña de Madrid.- dice y no me gusta cómo se dirige a Ana.

-Ella no es ninguna niña y tiene nombre, se llama Ana- le digo completamente hecha furia.

-Lo que sea- me dice sin importancia y decido ignorarlo lo que queda de trayecto hacia el instituto. Creí que había cambiado y de verdad sentía algo por esa chica ni que fuera un poco de respeto, pero ya veo que no ha cambiado nada.

Llegamos al instituto y me bajo sin despedirme.

Me dirijo a la entrada y me encuentro con Tamara hablando con un guapo chico de ojos claros.

-Hola- les saludo y mi amiga me sonríe.

-Bella, te presento a Biel, Biel, ella es Bella, mi amiga-dice Tamara y yo le doy la mano al apuesto chico y él me sonríe.

-Encantado- dice el tal Biel.

-Igualmente- le dedico mi mejor sonrisa.

Pasamos un rato hablando en la entrada del instituto y la verdad es que me lo pasé muy bien y se me fue el mal humor que causó mi hermano.

Al entrar a mi aula voy a mi asiento y espero a Sofia que llegaba tarde como siempre.
No hemos hablado des del sábado que por cierto pasamos un día muy bonito ya que fuimos de compras con mis padres y Rayan, que él fue obligado a ir.

-Buenos días- dice la profesora de inglés, la señora Núria.

Empezamos la clase y mi amiga no llega. A la siguiente tampoco y a la última de la mañana.

Voy a la cafetería del instituto y está repleta de universitarios y adolescentes.

Hago cola hasta que llega mi turno y pido mi almuerzo.
Me siento en una mesa vacía y espero a Tamara o a Lana.
Reviso mi móvil y encuentro varios mensajes entre ellos los mensajes de Sofia que los abro primero.

Mi Prohibición ©Where stories live. Discover now