7# De piedra

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Bella:

A la mañana siguiente me dolía la cabeza como los mil demonios.

Ayer fue sin duda el peor día de ni existencia.
No quiero recordar nada.
Pero cada vez los recuerdos me atormentan más.

Me siento sucia aunque ese hijo de perra no me haya hecho "nada", aparte de golpearme, tocarme y besarme contra mi voluntad.

Tampoco puedo dejar de pensar qué hubiera pasado si el imbécil no hubiera aparecido.

Me ha ayudado dos veces y ni sé cómo se llama.

Estuve otra vez sola, como aquella vez...

Rayan entró en la habitación sin picar, como siempre.

-¿Cómo te encuentras?- me dijo bajito y se sentó en mi cama.

-Puedes hablar alto y claro no estoy enferma- le dije enfadada.

Aún seguía enfadada por lo de ayer. No me podía creer que me dejara tirada. Bueno no exactamente, pero bueno me dejó sola y él sabe lo que me afecta eso.

-Por favor no me hagas esto, yo me entretube... y no me di cuenta de que el bus había llegado... y también había mucha gente.-dice tartamudeando.
Parece arrepentido, pero por su culpa casi me ¡violan!.

-Basta, ya no quiero escuchar más, sal de aquí- le digo al borde del llanto.
Sentía que estaba siendo cruel con él, pero me dolía mucho que no me haya cuidado, más que nada me duele haberme quedado sola.

-Pero...- lo interrumpí con lágrimas en mis mejillas.

-Tú dijiste que nunca me dejarías sola y lo hiciste- le grité.

Él me abrazó con fuerza y lo último de lo que me acuerdo es que me dijo- nunca me arriesgaría a perderte pequeña, no otra vez.

....

Me despierto y ya no veo a mi hermano ni tampoco el Sol.

Espera, cuando me dormí eran aproximadamente las diez y ahora ¡¡¡no esta el Sol!!!

Miro el reloj y son las seis. ¿Pero cuánto he dormido? ¡¡Ocho horas!!

Ahora que es invierno el sol enseguida se va, que asco, un día perdido.

Me levanto, voy al baño a lavarme la cara y bajo al salón.

Está Rayan, mis padres y Sara viendo la tele.

-Oh hija ya despertaste, te voy a calentar la comida- dice mamá y se levanta a la cocina.

Le sonrío y me siento en el sofá, al lado de papá.

-Cariño supongo que dormiste tanto por los medicamentos de la anemia- dice papá.

-Supongo, porque me siento un poco mareada- le digo

-¿Te llevo al médico?- me dice

-Papá es normal, acabo de despertar.

Mi padre me abraza sé que se muere de ganas de preguntar por lo que pasó ayer, ya que ayer cuando llegué me sentí tan cansada que me fuí a dormir directamente,pero se está conteniendo por no preguntar y hacerme sentir mal.

Mi madre entra con un plato de macarrones con queso y lo deja en la mesa.

-Hija, a comer- me dice dulcemente.

Me levanto y mientras me siento en la silla y empiezo a comer veo que mi tía está viendo una serie que por lo que parece se llama BLOOD.

Cuando termina la serie mi padre empieza a aplaudir.

Mi Prohibición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora