30# Descontrol

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Adam:

-Ya tengo las entradas- dice Alex entrando por la puerta de mi habitación.

-Bien, ¿a qué hora empiezan?- le digo mirando el techo mientras estoy recostado en mi cama.

-Dentro de un par de horas- dice y se sienta a mi lado- ¿sabes lo que me ha costado encontrar estas putas entradas?

-No, y no quiero saberlo- le digo mirándolo de reojo.

-¡Cuatro horas!- dice gritando el muy idiota- ¡Se acabaron a los pocos minutos de publicar su venta y de eso ya hace más de tres meses!

-Deja de gritar pesado- me siento en la cama y sonrío- tienes que estar contento de haberlas podido conseguir.- le digo en tono burlón.

-La próxima vez me recuerdas que nunca te diga que Bella va a ir a alguna parte y menos a un concierto cuyas entradas se agotaron hace meses.

-Ya te lo recordaré no te preocupes amigo- le digo entre risas.

-Vistete que nos vamos Romeo- me dice burlón y sale de la habitación.

Me sentía emocionado por verla de nuevo, y es que no me puedo contener cuando la veo con el collar que le regalé el día de su cumpleaños, en su delicado y suave cuello. Ese día que nunca olvidaré porque por culpa de esos besos que me dio, quedé noches sin dormir bien pensando en cómo sería probarla entera.

Era delicada, amable, graciosa, tímida en ocasiones, era perfecta... pero no para mí, no puedo estar más obsesionado de lo que estoy.

Me ducho con agua fría y me visto.
Al salir veo a Alex viendo la tele, al verme silba.

-Hoy nuestro Romeo se ha puesto guapo para su Julieta- dice moviendo las cejas y le tiro las llaves a la cabeza.

-Por gilipollas- le digo mientras se queja- Ya sabes porqué lo hago.

-No creo que le pase nada, ya es mayor de edad, no sé porqué te preocupas tanto- me dice y lo fulmino con la mirada a lo que él calla.

-Vámonos.- le digo saliendo por la puerta.

Salimos y nos vamos hacia este concierto del tal Miguel Carrando o algo así.
Al llegar, entramos y nos adentramos entre la multitud.

-No la encuentro- me dice el idiota de mi amigo.

-¿Cómo la vas a encontrar si ni tan solo la as buscado?- le digo frunciendo el ceño.

-Vaaaaaleee, si la veo te aviso- dice yéndose.
Empiezo a caminar por el lugar repleto de gente bailando, cantando y haciendo el idiota también.
Una hora más tarde y aún no la he visto y Alex tampoco. Sigo caminando y apartando a las chicas que se acercan a mí medio borrachas.

Me vibra el móvil después de más de dos horas buscándola y lo cojo sabiendo que es Alex.

-¿La has encontrado?- le pregunto fastidiado.

-

-¿Dónde?

-La he visto correr a los lavabos.

-¿Qué lavabos?- le pregunto sabiendo que hay más de cuatro.

-El número dos, es lo que pone aquí...

Corto la llamada y me dirijo hacia allí lo más rápido que la gente me permite.
Al llegar veo a Alex frente la puerta de los lavabos y me acerco a él.

Mi Prohibición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora