Capítulo 1: "El señor arrogante."

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¿Se han dado cuenta como la vida es de un modo? Y en un instante, una sola respiración, todo cambia.

Mi primer año de universidad, nueva ciudad y un nuevo apartamento, ahora sólo necesito un coche ya que odio viajar en autobús.

Aquí tengo que empezar de nuevo, pero no me importa.

Hoy tengo que ir a la universidad a dejar unos papeles para empezar mis clases el lunes.

Tomé una ducha caliente y rápida, me puse unos vaqueros, tenis y una camiseta con un logo que dice :
"AMO A MI NOVIO" lo irónico aquí es que no tengo novio. Agarré mi bolso y salí a tomar un bus.

En quince minutos estaba entrando en la oficina del director, la secretaria recibio mis papeles y luego me pasó con el director.

Entré en la pequeña oficina con decoración escasa. Paredes claras y una que otra obra de arte en ellas firmada con el nombre Marvin A. Me senté en la silla de madera acolchonada. Oh, es la silla más suave del mundo, pensé.

- Señorita Raechel Millar - me dió la mano mas perfecta y dura para un hombre de su edad. - Soy el director Hanck... - me examina con unos ojos extrañamente brillantes. - la llamé para aclarar lo de sus clases, usted lleva la carrera de Diseño de Interiores ¿verdad?

- Correcto. -traté de sonar profesional. Pero fallo en el intento. Me revuelvo en el asiento, tratando de tomar una postura digna de una señorita. No sé porqué hago esto.

- En esta intitución damos clases aparte de la carrera, que son Inglés, Contabilidad, Diseño Gráfico, Mecánica, Arte y Computo, cada estudiante tiene que llevar por lo menos cuatro. - Me entregó unos papeles.
- Llenelos y los deja con la secretaria. - me da una sonrisa amable antes de invitarme a salir de la oficina.

Elegí Ingles, Diseño Gráfico, Arte y Computo, dejé los papeles con la secretaria. Una mujer de unos cuarenta años, cabello corto y muy rubio, labios grandes y rosados. Después de entregarlos salí y pagué un taxi a casa.
El recorrido fue lento y el señor mayor ponía una horrible música muy fuerte.

Suspiré al llegar a casa. De mi cabeza no salía esa ultima y extraña canción que escuché en el taxi.

Tropecé con varias cajas en la entrada. Mi departamento es grande para una sola persona pero pequeño si fuesen más. Todas las paredes son blancas y la mayoría están vacías, la sala de estar es pequeña, en ella sólo hay un pequeño sofá azul cielo en el medio junto con una mesita de café, frente a estos está la pequeña televisión, a la izquierda de la sala está la cocina amueblada con todo lo necesario.

En fin, a la derecha del salón está el cuarto de baño y hay un pasillo en el fondo que llega hasta mi habitación.

Resoplé, estoy cansada, maldición y aún tenía cajas sin desempacar, me puse ropa cómoda y terminé casi a las once.

Después del trabajo duro hice un paquete de palomitas de maíz y me senté en el sofá a ver series, del cansancio me quedé dormida sin darme cuenta.

* * * * * *

El sábado desperté tarde y decidí que lo mejor era ir de compras, necesitaba mejorar mi guardarropa.

Fui al centro, encontré lo que más me gusta blusas holgadas y éstas no decían "Amo a mi Novio." También hice un par de compras para mi apartamento, necesitaba cosas básicas como platos, vasos, un recogedor de basura, instrumentos de limpieza y así.

El domingo dormí casi la mitad del día, necesitaba recuperar energías del viaje largo desde casa de mis padres hasta aquí. Es raro, casi no recuerdo el trayecto.

La Rosa Negra © #CA2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora