Capítulo 11: "-Si, si muy lindos tus gatos."

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Oscuridad, no sabía donde estaba. Mi vista se fue adaptando, me encontraba en un viejo almacén en ruinas, se veía en muy mal estado.

Había unas escaleras que llegaban a un tercer piso que tenía un enorme agujero, a mi izquierda había otro agujero que alguna vez fue un ascensor.

Empecé a escuchar voces, mas bien una discusión.

— Saben que no la podrán proteger todo el tiempo ¿verdad? — no podía escuchar bien esa voz, no sabía a quien pertenecía.
— Oh, si lo haremos.
¿Kyle? puedo jurar que es él.

De pronto, arriba empezó la pelea, pasó un tiempo y del agujero del piso de arriba cayeron dos hombres que agrietaron el suelo.

Eran Kyle y maldición no lograba verlo, su imagen estaba muy borrosa, pero sabía que era un hombre.

Grité con todas mis fuerzas llamando a Kyle, pero la verdad es que yo no estoy aquí.

Creí ver a Sam en el suelo escupiendo mucha sangre negra. Tomando grandes bocanadas de aire.

Sentí que me succionaban, las imágenes se empezaron a dispersar, y volví en sí.

¿Sam? ¿Qué demonios fue eso? ¿Sam está bien?

No se cómo llegué a la cocina, recuerdo que estaba en mi habitación haciendo mi proyecto y terminé en el piso de mi cocina. Sudaba muy frío.

No sé si lo que vi pasó a pasará. La verdad no sé ni lo que vi.
Necesito a Kyle, debo asegurarme de que están bien.

¿Kyle donde demonios estas?

"¡Estaré bien!"

Escuché la voz de Kyle en mi cabeza.

Me puse de pie por el susto.

"¿Kyle?" No hubo respuesta. "¡KYLE!" grité en mi cabeza y me sentí estúpida.
Nada pasó,  consternada me fui a mi habitación y rápido me dormí.

Imágenes flotaban en mi cabeza, todo pasaba rápido, Sam volaba por los aires y aterrizaba contra una pared, luego escupía sangre muy negra.

Kyle cubría con su mano una herida en su pecho, también distinguí a David...

Mi teléfono empezó a vibrar y desperté, era la alarma, ya debía levantarme.
Maldición necesitaba saber más, creí ver a David, el amigo de Kyle con el que fuimos a tomar la última vez.

Me senté en la cama, masaje mis sienes, lágrimas amenazaban con salir pero las contuve.

"¿Kyle?"

Nada.
— ¡Qué estúpidez! — salí de la cama y fui a tomar una ducha.

Estuve esperando si pasaba Annie por mi casa, pero nunca pasó, tuve que tomar el autobús.

Annie tampoco llegó a clases mucho menos Kyle.
Tuve que hacer pareja con Cassa que no sabe ni donde está parada.
— ¿Que dice aquí? — señaló una palabra en su libro.
— Teclado. — respondí con calma, pero ya me tenía loca, además no dejaba de hablar de sus gatos.

Yo no dejaba de pensar en Kyle, me angustiaba lo que vi, necesito saber si está bien.

— ¿Rae? — Cassa movía su mano frente a mi rostro. —¡Rae! ¿Estas ahí?
— Si, si muy lindos tus gatos.

La clase terminó, recogí mis cosas e iba a salir por la puerta, pero la profesora Brenda me llamó.
Su cabello estaba amarrado en una coleta y lucía un escote nada apropiado para la profesión.

— Señorita Millar, ¿no sabe nada de los hermanos Thompson?
— No ¿por qué debería saber algo de ellos?
— Bueno, porqué últimamente te he visto mucho con ellos. Y sabes eso no me gusta.
— ¿Qué?

La Rosa Negra © #CA2020Where stories live. Discover now