♪Y sigue el cumpleaños♪

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♪Y sigue el cumpleaños♪

Tessa se detuvo finalmente frente a su casillero.

—Bien, gracias— murmuró ella hacia él—Adiós—

—¿Cómo supiste que te diría e...?

Ella lo miró arqueando una ceja.

—Eres tan predecible.

No era predecible, era un acosador. Un loco.
Cada día desde el jardín de infancia recibía de su parte algún presente no sin antes haber recibido debidamente un saludo.

—¿Qué harás hoy?— preguntó caminando junto a ella.

Tessa se miró las manos dubitativamente, «Ja!» se dijo para sus adentros, ¿Qué se supone que debía hacer? Era un día común para todos, incluso, para ella.
Se limitó a encogerse de hombros.

—Bueno, pensaba en que quizás quieras ir a pasear después de clases— insinuó éste con ambas manos en sus bolsillos.

—Roger, no creo que sea buena idea.

Ella no estaba si quiera pensando en esa posibilidad. Roger la sacaba de quicio, Tessa no podía y no quería estar cerca de él ni de nadie.

—Bien, te espero a la salida— musitó resuelto, como si ella hubiese aceptado a su petición.

Tessa soltó un bramido por lo bajo. Él de verás no tenía límites, le había insistido tantas veces, en cualquier cosa, que ya estaba al borde... cansada de todo.

Entrò a su clase a trompicones y como de costumbre tomó asiento en un puesto bastante alejado de los sociables.
Ella solo era una sombra para ellos, y para sí misma. Solo una persona tan enferma de la mente como Roger, podría interesarse por alguien así.













Salió de la clase teniendo la sensación de que se asfixiaba allí dentro.
Y pensar que debía volver media hora luego.
Tan solo tenía eso, 30 minutos libres para recrearse de algún libro o simplemente sentarse en algún lugar mirando a la nada.

Pero, esta vez decidió perderse. Decidió esconderse mejor dicho, no quería ver ni oir a Roger. Tan solo... tan solo quería paz.

Se sentó en una banca solitaria en un sitio apartado de todos. Era así como se sentía, como una banca solitaria y aislada que tan solo servía para llevar cargas y pesos de vez en cuando.

Se dejó guiar por sus pensamientos unos minutos y, sin percatarse de ello, se dejó llevar también por un sueño profundo.

TESSAWhere stories live. Discover now