TESSA

Tras sus pistas ocultas

Tras sus pistas ocultas

La ráfaga de aire que entraba constantemente por el ventanal de la parte posterior de la casa, les daba cada vez más escalofríos a los intrusos.
Harry observaba cada movimiento, cada minímo paso que Tessa daba y, eso la ponía cada vez más nerviosa.
En un instante comenzó a sospechar de él, que le brindó su ayuda inesperadamente y, ahora parecía estar arrepentido. O tal vez, esa era una trampa para asesinarla también a ella, quién sabe.
De lo que sí estaba segura es de que no podía aguantar un segundo más con su presencia fantasmal vigilándola minuciosamente.

—¿Puedes cortar con eso?— le preguntó exasperada.

Al parecer Harry no era consciente de lo que hacía, o quizá era muy bueno actuando.

—¿De qué hablas? Baja la voz— dijo él casi en un susurro.

—¿De qué hablo? Parece que me vigilas a cada paso, así no puedo— murmuró ella volviéndose para mirarlo a la cara.

—Shsh— la acallò—Baja. La. Voz— repitió despacio.

Tessa rodò los ojos, y siguió su recorrido.

Subieron las escaleras con cuidado, encontrándose con la habitación de Collins.
Ella no vaciló en entrar y, se sorprendió al ver la habitación intacta.
Revisó la cama, bajo las almohadas y, no hayó nada así continuó con toda la habitación, armario, cómoda, etc. Hasta que...

|FlashBack|

—¡Tessaa! ¿Donde estás?— canturreó el monstruo que protagonizaba sus pesadillas.

La pequeña se acurrucó aún más bajo la cama.

—¿Tessa? No puedes esconderte todo el tiempo...— continuó éste.

El intenso golpeteo de su corazón la ponía más nerviosa.

—¡Te encontré!

Al escuchar esas dos simples palabras, Tessa cerró los ojos con fuerza aguardando el impacto pero, no sucedió.
De pronto ya no sintiò más tiempo los pasos cerca sino más bien lejanos, escuchó el canturreo de la bestia merodeando en el piso inferior y, se dispuso a salir de su escondite.
Salió de debajo la cama y, se puso en puntillas, a penas estuvo a punto de abrir el armario, la fracción de madera que su pié izquierdo pisaba, rechinó.
Movida por la curiosidad, la chiquilla se agachó cuidadosamente, intentando no hacer mås ruidos, y, levantó la tabla con fuerza.
A solo una fracción de segundo pudo estar entre sus manos un inmenso sobre que él guardaba allí dentro pero, al intentar tomarlo, dos inmensas manos la tomaron de la cintura con brutalidad.

—¿¡Qué crees que estás haciendo?!— gritó el hombre depositando en su rostro un estridente impacto.

|Fin del Flashback|