Calma y tempestad

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Calma y tempestad

Había pasado un año en el que todo estuvo relativamente bien. Tessa se mantuvo firme ante cualquier circunstancia y se permitió vivir al lado de Roger momentos inolvidables.

Había decidido empezar a confiar y él era su confidente, había decidio ser feliz y él le daba esa felicidad, incluso quiso entregarse perdidamente al amor y, también Roger la ayudó con eso.

Durante todo un año vivieron altos y bajos, pero, más era la felicidad que la desdicha. Yill los había estado apoyando en todo, pues, Roger se había estado sintiendo solo; dado que su familia le había dado la espalda, nunca lo quisieron de verdad y, Tessa podía comprender eso tanto como Yill quien venía de un orfanato donde nadie jamás la supo querer.

—¡Tessi!

—¿Qué va mal Yill? — preguntó mirando su rostro angustiado

—Volvió.

A pesar de haber hablado, la palabra de Yill había sonado casi como un susurro inentendible. Aún así, Tessa comprendió bien de qué se trataba.

—¿Cómo sab...?

Antes de acabar de preguntárselo, miró por encima de su hombro a Collins quien se asomaba en la puerta.

—¡Pero qué grande estás!— exclamó éste pegándole un mordísco a su manzana.

—¿Qué haces aquí?

—Es mi casa— se encogió de hombros.

—Bien pues, toma tus cosas Yill, nos vamos ahora.

—Ella se queda— afirmó Collins quizá muy seguro de sí mismo, Tessa miró a Yill quien ahogó un sollozo con una mano—Si quieres irte, por mí esta bien— dijo dirigiendose a ella.

—¿Yill?

—Vé tranquila Tessi, yo estaré bien.

Tessa no podía creerlo. Ella le estaba siguiendo el juego a ese desgraciado ¿Qué le pasaba?.

—¿A caso estás loca? ¿Qué ocurré?

Yill negó con la cabeza, sollozando audiblemente.

—Véte Tessa. Véte ya!.

—Yill no puedo entender....

—¡Te he dicho que te vayas!— gritó la mujer.

—Así es, Si mi mujer quiere verte fuera, pues, no queda de otra.

Tessa estaba de piedra frente aquella Yill tan sumisa que, en nada podía compararse con esa mujer que les ayudó a ella y a Roger y, que había soltado tantos insultos en nombre de Collins.

Se quedó paralizada unos segundos mas hasta que decidió tomar sus cosas y, salir de esa casa de locos. No sin antes volver a intentarlo.

—¿Estás segura de esto?

—¡Joder Tessa! ¡Ya véte!— le gritó esta en respuesta.

—¿Qué acaso lo sigues queri...?

—Sí— afirmó lloriqueando—Lo amo. Ahora ¡Sal de aquí!

—No puedo creermelo. ¿Sabes qué? Ojalá que seas muy feliz con ese cerdo bastardo.. ¡Que te lo disfrutes!.

Dicho esto. Salió dando el portazo más fuerte de su vida.

TESSATahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon