LunaticPark

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LunaticPark

Tessa se quedò embelesada ante la vista que poco a poco obtenían sus ojos.

—¿Qué es esto?— preguntó asombrada.

—LunaticPark.

Ella lo miró arrugando la nariz.

—Es nuestro— musitó él caminando hacia adelante para abrir la verja.

Ella asentuó su expresión un más y, él decidió explicarle.

—Lo compré hace dos años, a un señor muy viejo que no podía hacerse cargo de él.

Ella lo miró expectante, dándole a entender que prosiguiera.

—Me gustó desde el primer instante y, pensé en tí—«Que cosas ¿no?» pensó ella irónica—Desde entonces, me encargo de esto en mis tiempos libres.

«Sus tiempos libres» chistó para sí. ¿Cuando ocurría ese magnifico evento? Si por lo que sabía —Pues, ella lo vivía– Roger se la pasaba cada minuto de cada  hora, siendo su acosador personificado.

—¿Entonces? ¿Vienes o qué?

Las interrogantes de éste se pasearon por su cabeza sacándola de su enmismamiento. Se encogió de hombros, ¿Por qué no? Después de todo, ya estaba allí.

A penas entró su vista se posó en aquel lugar como si fuera el mísmisimo cielo.
Sonrió sin siquiera notarlo, era un lugar sumamente hermoso. Al entrar, lo primero con lo que se maravilló fue con una pequeña cascada a su lado izquierdo, el agua se deslizaba entre algunas rocas dándole un toque de grandiosidad.

Habían flores de todos los colores, y según ella, de todas las especies. A su lado derecho había una pila de árbustos y árboles bien cuidados que parecían sacados de un cuento de hadas. En el centro, un caminito de tierra con piedritas coloradas la guiaban a alguna parte que aún no visualizaba del todo.

Se giró a su lado para ver a Roger mirándola quizá tan embelesado como ella y, no precisamente por el paisaje.

—Es...muy bonito.

Admitió carraspeando. Dándole a sus palabras menos emoción de la que sentía por supuesto.

—Sí, bueno espera a que veas la siguiente sorpresa— respondiò él bastante animado.

—No, lo siento debo regresar.

Roger la miró inquieto y, algo decepcionado. Seguramente esperaba que ella mostráse algo mås de empatía y, agradecimiento y ¿Quién no?, él había creado todo eso para ella, pensando en ella y, ella.... no quería hacerse a la idea de encariñarse con eso ni con él.

Sabía bien las cosas que ocurrían cuando se fiaba de los demás. No debía, no podía y no quería ilusionarse. Ella iba a mantenerse firme ante todo, no importa cuán lindo se comportase él con ella.

TESSAWhere stories live. Discover now