31. Uno más, uno menos

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Fabrizzio tenía que decidirse pronto. Debía darle la pelota a su compañera para que corriese mientras él les entretenía. Pero había otra opción y era que le ignorasen y la persiguieran a ella, por lo que no quiso poner en riesgo su vida.

- ¡Corre! - le ordenó mientras emprendía la marcha por la carretera desolada.

Adèle obedeció al instante.

Juntos empezaron una carrera en la cual no había ninguna meta que les indicara el final.

Devon golpeó su stick en el suelo emocionado al comprobar en su smartwatch que el balón se había puesto en movimiento y señaló a sus compañeros por donde debían ir para dar caza a su adversario.

Después hizo rodar sus patines a toda velocidad para dar con Fabrizzio y su compañera.

Los dos cogieron bastante velocidad en la carrera, hasta el punto de no sentir la amortiguación de sus piernas sobre la calzada.

Fabrizzio sabía que Devon tenía patines y les alcanzaría en poco tiempo. Lo que ignoraba era que había mandado parte del grupo por otro camino para interceptarles. Ellos también tenían patines y la desventaja en la carrera pronto les pasaría factura.

De forma bastante ágil esquivaron obstáculos y saltaron por encima de algunos coches.

Devon acortaba distancias rápidamente girando las ruedas de sus patines a gran velocidad. Se deslizaba por el terreno con gran facilidad, como si el deterioro del terreno no le supusiera ningún problema.

De pronto, objetos proyectados con gran fuerza intentaban impactar sobre Fabrizzio y Adèle. Devon golpeaba con su stick pequeñas rocas u objetos que encontraba a su paso lanzados a gran velocidad hacia sus adversarios como verdaderos proyectiles.

Giraron una esquina y cambiaron el rumbo para no volver al punto donde escucharon los disparos. Retroceder hacia el principio era encontrarse de cara con los más de cuatrocientos enemigos que les estaban dando caza.

Lo mejor sería intentar despistarle, pero Devon era más rápido. Quizás era el momento de separarse.

Hizo una señal a su compañera indicando que continuarían según lo planeado. Ella asintió con la tristeza en sus ojos.

De pronto, Fabrizzio le lanzó la pelota en un perfecto pase a través del aire. Ella lo agarró con fuerza y continuó la carrera.

- Cuida de mi pequeña un rato - le dijo deteniéndose sobre sus pasos.

Observó como Adèle continuaba la carrera sin volver la vista atrás ni aminorar la velocidad.

- Brava ragazza - susurró para sí mismo.

Esperó en posición de ataque a que su enemigo girara en la siguiente esquina y se encontraran de cara. Armado con su bastón le frenaría en seco si le pillaba desprevenido cuando girase.


Jan estudió los pasos del enemigo. Inspeccionaban todo el recinto de arriba abajo. Abandonó levemente su escondite para asomarse y poder ver la situación. En el centro de un gran rellano vio la silueta de un hombre vestido con una equipación de fútbol americano sobre el traje oficial del equipo de américa del norte.

Scott lideraba aquel grupo de diez personas y les daba indicaciones de donde mirar.

- Qué buena elección - se dijo al contemplar sus protecciones, casco, hombreras, etc. - Debería habérseme ocurrido antes. Lástima que no tenga la pelota en mis manos para marcarme un touchdown con ese tío.

⚽DEAD BALL SPORT [Terminada]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora