⚽DEAD BALL SPORT [Terminada]✔

35. Sacrificio

Cris y sus compañeros encontraron al grupo que se había llevado a Lena. Descansaban a lo largo de la calle, unos sentados en el suelo, en el capó de un coche,... y otros sostenían susarmas con firmeza.

Lena estaba de rodillas con la mirada fija en el suelo. Drew estaba a su lado y sostenía el bate a la altura de la cabeza de la chica.

Cris, por un instante se alegró de verla con vida, pero el que Drew la amenazase con su bate de esa manera le destrozaba por dentro, más aún que lo que esa arma le había hecho padecer.

—¡Stop! —gritó Drew dando indicaciones a los adversarios.

Era obvio que no les dejarían avanzar mientras llevasen las armas.

— Gracias chicos —dijo a sus compañeros dedicando una mirada llena de gratitud —. Ahora tengo que ir yo solo.

Ellos pararon sus pasos y observaron como su compañero herido avanzaba hacia una muerte segura.

Podrían haberle ayudado pero comprendieron el estado de Cris mientras lo acompañaban en su calvario en busca de su compañera.

El chico hacía señas a sus enemigos, intentando comunicar un cambio mientras se acercaba. Intentaba decirles que la dejasen libre y le cogiesen a él. De todas formas, sus huesos ya estaban rotos y sentía que sería un estorbo para el equipo, mientras que Lena aun tenía posibilidades de acercarles hacia la victoria.

El no haberla podido proteger le provocaba un vacío en el cuerpo con el que no quería vivir.

Drew observó al chico que más que valiente era un estúpido. Intercambió miradas entre el rubio y la chica, meditando la situación. Zarandeaba el bate sobre la cabeza de Lena, pensando si debería acabar con ella en un suspiro y luego con él.

Miró su smartwatch y pensó que aun quedaba mucho tiempo para divertirse, por lo que podría dejar libre a la chica para luego entretenerse buscándola. Después de todo, de alguna forma tendría que matar el tiempo, nunca mejor dicho.

Así que aceptó la oferta. Agarró a Lena de su larga melena y la levantó del suelo. Ella observaba a su compañero por primera vez desde que la encontró. Tenía la cara marcada con moratotes y sangre.

Cris sintió una punzada en el pecho y avanzó un paso más para acabar con esto.

Lena negaba con la cabeza, rogando a su amigo que diese la vuelta y buscase un lugar seguro.

Pero Cris avanzaba lentamente, paso a paso, a la vez que se concienciaba de que aquellos serían sus últimos minutos con vida. Al menos se sentía en paz si conseguía salvar la vida de su compañera.

Drew la empujó al frente, obligándola a marcharse.

Ella giró el rostro incrédula, buscando una respuesta en la cara de su enemigo. ¿De verdad la iba a dejar libre? Fue cuando comprendió que lo hacía a cambio de la vida de su compañero que había venido a buscarla.

Drew señaló con el bate la dirección que ella debía tomar, obligándola a avanzar. Ella no perdió más tiempo y corrió hacia Cris. Una vez a su altura, lo abrazó.

— Da la vuelta —le ordenó —. Vámonos ahora que podemos.

Cris se apartó levemente para mirarla a los ojos.

— No puedo hacer eso —anunció con unas delicadas palabras.

— ¡Claro que puedes, no digas eso! —se negó a aceptar su compañera que le obligaba a retroceder —Yo te ayudaré.

Cris emitió un gruñido y se resintió debido al dolor que emitían sus huesos rotos.

— Lena, déjame terminar esto —le pidió deslizando la mano por su mejilla para secar las lágrimas que habían comenzado a caer involuntariamente de los ojos de la chica —. Es mejor así.

Ella se negó a aceptarlo.

Sus miradas se fundieron en un sentimiento jamás encontrado.

Entonces escucharon la detonación de un disparo que les traía de nuevo a la tierra. El grupo de Drew advertía que no esperarían más.

Por lo que Cris se despidió con un delicado abrazo, el cual ella recibió con mucha más fuerza, ignorando el dolor que eso le producía.

Pero él no mostró signos de agonía, pues el saber que había conseguido salvar a su compañera le hacía sentir bien consigo mismo y le daba las fuerzas necesarias para afrontar su sacrificio.

Pues, acto seguido, se encaminó a una muerte segura, dejando atrás a sus compañeros, en dirección a un enemigo que disfrutaría rompiendo cada uno de sus huesos hasta dejarle sin vida.

Lena se quedó inmóvil, incapaz de hacer nada por su amigo, con lágrimas en los ojos y el corazón pisoteado, observando como una persona daba su vida por ella, demostrando el mayor amor que nadie le podía enseñar.