⚽DEAD BALL SPORT [Terminada]✔

40. Primer torneo

El torneo continuaba y en el minuto sesenta y dos anunciaba el siguiente tanto para el equipo europeo con cinco puntos de ventaja ante el marcador inmaculado del enemigo.

El luto se debía guardar en el corazón y enfrentar el duelo cuando acabase el evento.

Un gran homenaje recordaría a todas las víctimas que perecieron en el campo de batalla, aquellos que con su vida dieron la victoria a su equipo.

Jake se acercó a Victoria y apoyó una mano en su hombro para consolarla. Ella se sobresaltó y la apartó de inmediato, alertada, posando de nuevo los pies en la tierra y continuando con el evento.

Victoria comenzó a andar por el edificio sin mediar palabra.

Jake no supo qué decir y se limitó a seguirla como si fuese su sombra.

El edificio estaba en ruinas y podría venirse abajo en cualquier momento. Resultaba difícil moverse entre todos aquellos escombros. Cuando creyeron encontrar un lugar seguro para esconderse decidieron esperar y descansar. Se sentaron con la espalda apoyada en una roca desprendida del techo, a una distancia considerable el uno del otro.

—Uauu — se expresó Jake satisfecho de haber encontrado algo—. Oro blanco.

Victoria le observó por el rabillo del ojo. Por lo visto había encontrado un sobre de azúcar en lo que podía ser una cafetería destrozada.

— ¿Quieres uno?— le pregunta amablemente enseñando uno de los sobres como ofrenda.

Ella no contestó. Se limitó a observar la pelota que tenía en su posesión, oscilándola de un lado a otro.

—¿La has probado alguna vez? —insistió, tal vez para sacar algo de conversación, pero ella no parecía querer participar en ella—. ¡Toma! —advirtió lanzando uno de los sobres por el aire hacia su posición. Victoria lo agarró al vuelo en un acto de reflejos—. Te va a sentar muy bien.

Ella observaba el diminuto sobre en la palma de su mano. Jamás había visto uno. Después desvió la mirada a su compañero que rasgaba una parte del sobre y vertía todo su contenido en la boca.

Por la cara de satisfacción que mostraba el chico, le entró curiosidad y rasgó lentamente el sobre. Depositó la pelota en su regazo y vertió parte del contenido en una mano. Al ver los minúsculos granitos de azúcar comprendió a qué se refería con «oro blanco». Acercó la nariz para olfatear e insegura volvió a mirar a su compañero que ya había vaciado otro sobre en el interior de su boca. Acercó lentamente la punta de la lengua hasta pintarla de blanco. Saboreó lentamente el extraño alimento y una ligera sensación de bienestar fue enviada a su cuerpo desde las papilas. Acto seguido vació todo el contenido en su boca.

Después de eso se vio sorprendida por su compañero que la observaba satisfecho. Ella se sonrojó un poco y desvió la mirada.

—¿Está buena, eh? — preguntó recostándose sobre la roca —. No entiendo porqué dejaron de fabricarla. La gente mataría por conseguir esto. ¿A que un pequeño sobre puede endulzarte la vida?