55. Última guerra mundial

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Parecía que todo estaba llegando a su fin pero la verdad es que no había hecho nada más que empezar

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Parecía que todo estaba llegando a su fin pero la verdad es que no había hecho nada más que empezar.

Las explosiones, el fuego, los rayos, el temblor de tierra,... sólo eran efectos especiales de la mentira que televisaban.

Los gritos, las muertes,... eran reales.

Que la tierra se estuviese revelando y anunciando el fin de sus días sólo daba más emoción al evento que estaban viendo todos los habitantes del planeta.

Que cientos de personas se hubiesen sumado a la lucha sólo lo hacía más emocionante.

Lo que querían saber en realidad era quien ganaría el torneo.

En todos los rincones del planeta, los supervivientes de la pasada gran guerra, niños que se preparaban para la lucha, y aquellos que sobrevivieron a antiguos torneos, contemplaban como cientos de personas combatían por hacerse con la victoria.

El continente europeo, ensimismados en las imágenes que recibían de los drones, encogían sus corazones y rogaban esperanzas para un pueblo que necesitaba los suministros para sobrevivir y enfrentarse a la extinción.

Los padres de Victoria deseaban para sus adentros que su hija volviese sana y salva, sin importar el resultado, dando gracias a todos aquellos que habían aparecido para protegerla.

En las sombras, alguien golpeaba con el puño cerrado un escritorio donde estaban todos los papeles que contenían las leyes del FTGOA aceptando la inminente amenaza, planeando un nuevo ataque a la sociedad.

Y entre disparos, espadas, rayos y explosiones, dos chicos que contenían la respiración con cada segundo que descontaban sus relojes.

— ¡Seguidme! — ordenó Matías para escoltarlos a un lugar más seguro.

Los jóvenes se pusieron en camino, pero el enemigo era numeroso y se filtraba entre las defensas. Tuvieron que defenderse antes de poder huir a un lugar seguro.

Victoria protegía la pelota como si en ese momento fuese lo más preciado que tenía en la vida. Pero eso le impedía usar los brazos y dificultaba la defensa.

Jake se mantuvo cerca y formó pareja para custodiar el esférico. Al principio, ella se mostró reacia a compartir la carga, pero en medio de aquel enfrentamiento, no tuvo más remedio que abandonar su orgullo y formar equipo con él. Juntos, en carrera, se pasaban la pelota esquivando y golpeando a los enemigos que se cruzaban a su paso. Matías abría camino con su arma hasta escoltarlos a un lugar seguro. 

Mientras se intercambiaban la pelota para conseguir el último punto que les diera la victoria, un rostro conocido congeló los pies de la chica y detuvo la carrera.

Daren.

El chico afroamericano con el que había competido semanas antes se acercaba a ella desde la izquierda a gran velocidad. Ella, asustada, sin fuerzas en las piernas para enfrentarse a otra carrera con él, aferró el esférico para no serle arrebatado.

⚽DEAD BALL SPORT [Terminada]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora