Dulce Pesadilla

Capítulo 1

Hermione Granger se encontraba totalmente pasmada en aquella concurrida heladería en el centro de Londres, mirando de hito en hito a sus dos amigas sin creer todavía aquel relato. Su rostro debía de ser todo un poema para que ellas estuvieran conteniendo una carcajada mientras la miraban. Después de unos minutos de trance, la castaña estalló.

─ ¡¿Ron es gay?!

Ambas chicas no aguantaron más y se echaron a reír con ganas, Hermione no pudo resistirse más y las acompañó en su coro de risas. Después de que se calmaran, su amiga pelirroja fue la primera en hablar.

─Así es querida, mi hermano juega para el otro bando. No te imaginas la cara que pusieron mis padres cuando se enteraron ─comentó divertida su ex cuñada. No le había perdonado a su hermano haber destruido cuatro años de relación al decirle a su amiga que ella no era suficiente para él. Ahora la chica entendía el motivo de tanta indecisión por parte de su hermano en los últimos años.

─Pues no es para menos Ginny, ni yo lo puedo creer todavía. ¿Y cómo se enteraron?

─Pues... ─su amiga Luna, una rubia soñadora, le sonreía apenada─. Yo lo vi cuando se estaba besando con Zacarías en un oscuro rincón del pub que inauguraron la semana pasada.

─Pero la bomba estalló en casa cuando Bill y los gemelos llegaron inesperadamente de visita para ver la final de fútbol con papá, cuando resulta que nosotros no estábamos en casa ─intervino Ginny sin dejar de sonreír─. Se llevaron la sorpresa de sus vidas cuando vieron a Ron besándose apasionadamente con otro chico. Obviamente Bill quiso tratar el tema con discreción, pero eso era mucho pedir para Fred y George.

─En eso si compadezco a Ronald, no me puedo ni imaginar el infierno que debe estar pasando con los gemelos ─murmuró la castaña.

La castaña conocía a los Weasley desde la secundaria, desde el momento en que Ginny y ella se hicieron amigas. Y a pesar de haber roto hace tres años con el idiota pelirrojo, la familia siguió recibiéndola con los brazos abiertos hasta el sol de hoy que ahora era graduada en economía empresarial, Ginny una prometedora diseñadora de modas y Luna una excelente psicóloga. Los conocía muy bien, sobre todo a los gemelos y sus travesuras.

La menor de los Weasley sonrió mientras negaba con la cabeza─. Ni te lo imaginas ¡no paran de bromear con él! Y eso que mamá les pelea casi todos los días para que lo dejen en paz.

Las chicas volvieron a carcajearse, se llevaban una que otra sorpresa en la vida.

─Cambiando de tema... ─Luna miraba fijamente a su castaña amiga─. Ahora que ya eres oficialmente economista ¿Piensas seguir ayudando en el conglomerado de tu familia?

─Pues es obvio Lunita. ─Ginny miró con rapidez a su castaña amiga─. ¿O tienes otros planes? ─inquirió Ginny suspicaz.

─No, no tengo otros planes. ─Hermione le dio una pequeña cucharada a su helado de vainilla─. De hecho, por eso fue que estudié economía, de niña siempre he soñado trabajar en el conglomerado y seguir el ejemplo de mi padre.

─Eso quiere decir que tienes planeado estar al frente de la empresa ─dijo la rubia con una sonrisa soñadora, a lo que Hermione asintió con una sonrisa.

─ ¿Pero eso no significaría una pelea campal con el rubio oxigenado? ─Preguntó Ginny desconcertada, la sonrisa de la ojimiel se borró de golpe. Así como ella soñaba pertenecer a ILENT y algún día manejarla, Draco -soy el mejor abogado de Europa- Malfoy también aspiraba ese ideal.

─Es cierto, esa es una de las razones por las que Draco no te cae bien.

─Claro que no, Luna. ─la castaña sonrió sarcástica─. Donde dejas sus mejores cualidades: es arrogante, caprichoso, excéntrico, irritante, desesperante, grosero, sarcástico, indiferente, pedante, presumido, ambicioso... ¡Lo mejor del mundo!