Draco Malfoy y Hermione Granger, herederos de un importante conglomerado, se conocen desde la cuna. Y se conocen tan bien... ¡Que no se llevan bien! . Pero una decisión de sus progenitores los conllevará a lo que ellos considerarían su peor pesadill...
Después de unos minutos, llegaron a un condominio de lujosos apartamentos a las afueras de la ciudad. Una vez el rubio se identificó con el vigilante, éste los dejó continuar su recorrido hasta aparcar en lo que parecía ser un estacionamiento privado.
─ ¿No vas a preguntar a dónde vamos? ─preguntó Draco mientras marcaba el código para acceder a su apartamento.
─Tía Cissy mencionó una vez que habías adquirido un penthouse a las afueras. Pero admito que estoy sorprendida de que me trajeras a tu "santuario" ─respondió calmada, durante el trayecto había tenido tiempo para tranquilizarse y pensar. No era la primera discusión que tendría con él, así que sabía que el estar enfadada no era un punto a favor.
El rubio enarcó una ceja─. Una vez nos casemos nos instalaremos temporalmente aquí, Hermione. ─al ver la sorpresa en el rostro de la castaña, sonrió─. No sé por qué te sorprendes. Una vez casados necesitaremos nuestro espacio, y al ser el único que tiene su propia vivienda es lo correcto ¿no crees? ─Hermione estaba por replicar cuando el ascensor se detuvo en el piso─. Llegamos.
El vestíbulo era de paredes color crema, adornadas con fotografías enmarcadas de distintos paisajes, y en el centro de la estancia se encontraba una mesita circular de lo que parecía ser roble, con un florero lleno de rosas blancas.
─Aquí estuvo mi madrina, estoy segura.
El ojigris sonrió irónico─. ¿Tú crees? Pensaba que nadie se daría cuenta. ─le hizo un gesto a la chica para continuar. Con fingida ceremonia abrió una puerta doble revelado el salón principal. La morena se carcajeó al ver que el salón principal no era lo que esperaba. Sabía que si la decoración dependiera de él sería en tonos monocromáticos, pero al ver la estancia decorada en hermosos colores tierra y con paredes de cristal que mostraban una hermosa panorámica de la ciudad a lo lejos, sabía que a su madrina no le había bastado decorar ese minúsculo lugar.
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─Sí, Granger. Ríete todo lo que quieras, que también vivirás aquí.
─No tengo problemas con la decoración, siempre he dicho que tía Cissy tiene un gusto excelente.
Draco bufó exasperado. ¿Qué tienen estas mujeres en contra del blanco y el negro?
─Toma asiento, iré a pedir el almuerzo. Sí, Granger, no soy tan malo para dejarte morir por inanición ─replicó al ver la fingida cara de sorpresa de la castaña.
─Pues no tendría ese problema si cierto rubio arrogante no hubiese llegado con catastróficas noticias a arruinar el tranquilo almuerzo que tenía con mi amigo ─gruñó Hermione sentándose en un sofá en forma de U. "Adiós a la paz. Hola a la guerra"
─Dirás que arruiné el flirteo barato que tenía Wood preparado. ¿Comida china? ─preguntó Malfoy desde la cocina.
─Mejor pide un sándwich para mí, no tengo mucho tiempo ─comentó la economista mirando su reloj de pulsera. Una vez el rubio ya se había desocupado en el teléfono con los pedidos, se dirigió a él y continuó la conversación─. Sinceramente no entiendo porque tienes tanto recelo con Oliver. Él ni siquiera está al pendiente de ti, no ha hecho nada en tu contra para te que comportes con él de esa manera.
