Capítulo 14

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Hermione Granger despertó poco a poco de su profundo sueño, y casi se arrepintió en el acto cuando sintió una fuerte punzada en su cabeza, sensación que sufría por segunda vez en su corta vida y por la cual prometió no beber hasta el extremo. Por eso siempre se imponía un máximo de tres cócteles por salida, para no pasar por la tortura de las agujas en su cabeza al día siguiente. Maldito cóctel adictivo. Bueno, por lo menos no había malestar a la vista. Gruñó y se acurrucó más en su cálida y muy bien perfumada almohada, que respiraba acompasadamente. Un momento... ¿la almohada estaba respirando?

La chica se despabiló y alzó la cabeza con rapidez, se llevó una mano a la misma a la vez ahogaba un gemido de dolor, no debió levantarse con brusquedad. Al mirar donde estaba muy cómodamente recostada, se encontró a un dormido rubio que respiraba pausadamente, con los labios entreabiertos y el pecho descubierto. "Ay no" pensó al seguir su recorrido y encontrarse con lo que ya sospechaba: el chico estaba desnudo, una erección matutina estaba allí para comprobarlo y se encontraba oculta en una tienda de campaña que se formaba con la sabana. Tragó en seco y casi bufó al percatarse de que tenía la boca seca, sin embargo, ese descubrimiento no disminuyó el temor que la embargaba en esos momentos; armándose de valor, miró debajo de su sabana y soltó un pequeño chillido al confirmar que ella también estaba en la misma condición.

"No fue un sueño. ¡No fue un maldito sueño!"

—Esto no me puede estar pasando a mí, tiene que ser una pesadilla. —se dijo mientras luchaba con el dolor de cabeza y la histeria—. Sí, tiene que ser una pesadilla.

—Una dulce y excitante pesadilla si me lo preguntan.

Un grito seguido de una maldición salió de los labios de la chica. Estaba tan ensimismada que no se había percatado de que su acompañante se había despertado y la observaba con una gran sonrisa.

—Buenos días, querida —canturreó Draco sin dejar de sonreír. Y su sonrisa no menguó ni un poco al ver que la chica lo fulminaba con la mirada mientras se sostenía la cabeza—. Oh ya veo, menos mal que no seguí bebiendo de ese coctel. Pero no te preocupes, enseguida solucionaremos eso.

"Oh mi Dios" pensó ella con la mandíbula pegando, figurativamente, en el suelo al apreciar con más claridad la desnudez de su prometido mientras éste buscaba tranquilamente unos pantalones de pijama. En ese tiempo pudo deleitarse con la vista de su ancha espalda, de sus piernas tonificadas producto del deporte y de su bien formado trasero.

"Definitivamente no fue un sueño" le canturreó su subconsciente al recordar que se había agarrado de allí cuando...

—Iré a buscar unas aspirinas y a pedir algo de comer, no creo que tenga que decirte que la cocina sigue siendo un imposible para mí ¿o sí? —expresó Draco al terminar de colocarse los pantalones. Al girarse, sonrió satisfecho al verla sonrojarse y mirar en otra dirección. "Sí, Hermione. Sé que me estabas comiendo con la mirada"—. Mientras puedes usar el baño y ponerte cómoda con mi ropa, elige la que quieras —ofreció a la vez que señalaba el gran armario y se retiraba con una gran sonrisa.

"Hora de poner las cartas sobre la mesa. Jugador Malfoy, en acción"

Y mientras Draco se retiraba determinado a la cocina, con pensamientos de victoria sobre la tempestad que, estaba seguro, estallaría cuando conversaran, Hermione se dirigía de forma automática al cuarto de baño. Su mente aun no podía asimilar que ella, Hermione Granger, se había acostado con nada más y nada menos que Draco Malfoy. Es decir ¿Tanto le afectó el alcohol como para llegar al extremo de tener relaciones con él? ¡Con él, por todos los cielos!

"Oh vamos no te hagas la víctima, lo deseas desde que aparecieron tus condenadas hormonas" le reprochó su conciencia con un sonoro bufido.

Dulce PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora