Capítulo 6

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─Draco nos matará en cuanto se deshaga de Astoria ¿Lo sabes, no? ─comentó Theo mirando con disimulado interés a su alrededor, tratando a la vez de seguirle el paso a su socio.

Sin embargo, Zabini no se percató de ese detalle, estaba muy entretenido en alejarse de su ex aventura─. Pues él fue quien provocó esta abrupta separación entre nosotros al acercarse a la bruja rubia ─respondió sin dejar de caminar─. La cual, y por lo que acabo de ver, cada día empeora su humor.

─ ¿Y qué esperabas? ¿Qué te recibiera con bombos y platillos después de lo que pasó entre ustedes?

─Pues no, pero tampoco es culpa mía que se hiciera ilusiones cuando le deje en claro de que no quería compromisos. ─Al ver la gran mesa con forma de U dispuesta con una gran cantidad de aperitivos y postres, el moreno sonrió─. ¿Qué te parece si dejamos los temas escabrosos a un lado y nos disponemos a disfrutar de la fiesta?

Nott solo se encogió de hombros en respuesta y siguió a su amigo hasta el banquete, mas su rostro tranquilo adoptó una expresión de sorpresa al ver en ese lugar a una conocida rubia de expresivos ojos azules, ataviada en un colorido vestido amarillo y conversando animadamente con una pelirroja.

─ ¿Luna?

La chica se giró hacia donde escuchó que mencionaron su nombre y, después de recuperarse del repentino asombro, esbozó una gran sonrisa.

─ ¡Theo! ─exclamó abalanzándose a los brazos del chico, los cuales la recibieron gustosos.

─Por un momento pensé que estabas bromeando conmigo cuando me dijiste que estabas aquí.

La chica se alejó un poco del castaño pero sin perder esa sonrisa que lo encandilaba e hipnotizaba desde que la conoció en aquel congreso de filosofía y psicología que realizaron en Francia─. Pues ya ves que no.

─Y no sabes cuánto me alegro por ello.

La rubia bajó la mirada, levemente sonrojada por las palabras del castaño. Desde la primera vez que lo vio en aquel congreso, supo que era un chico especial.

*Flashback*

Luna se encontraba ya instalada en uno de los muchos asientos del gran auditorio, había esperado con ansias aquel día. Desde que participó en uno de esos congresos en su época de estudiante, no pudo dejar de ir a ellos. Le encantaba los conocimientos que se impartían en esas concentraciones, las innovaciones que se llegaban a conocer y las amistades que se podían conseguir al participar una cantidad numerosa de personas en esos lugares. Estaba revisando uno de los folletos que les facilitaron cuando conoció a quien desde ese momento ocuparía sus pensamientos.

─ ¿Está ocupado?

Al elevar la mirada, se encontró con unos hermosos ojos achocolatados que la miraban con interés, mientras su dueño le mostraba una sonrisa torcida. No supo en esos momentos que pasó, o tal vez sí, solo sabía que quería seguir viendo esos profundos ojos de ahora en adelante. Pensamiento que, sin saber, había tenido también el aludido.

─En absoluto.

El chico tomó asiento y sin dejar de mirarla se presentó.

─Theodore Nott.

─Luna Lovegood ─dijo la ojiazul a la vez que estrechaba la mano que le extendió el castaño.

A partir de ese momento una fuerte conexión surgió entre ellos, tanto que durante su estancia en la parisina ciudad estuvieron juntos la mayor parte del tiempo. Y cuando ya era hora de despedirse, prometieron mantenerse en contacto.

Dulce PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora