Capítulo 14 | Frío

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Llegó la medianoche y Seunghyun tuvo que dejarla marchar.

Habían tenido una buena charla mientras cenaban y el tiempo se le había pasado volando. Se había ofrecido para llevarla a casa, sin embargo, ella se negó diciendo que ya era tarde y que mejor le mandaría un mensaje cuando hubiera llegado. 

Eso era lo que estaba esperando en ese momento, un mensaje suyo. 

Había estado pegado al teléfono por media hora y aún no recibía ningún mensaje, lo cual lo estaba poniendo nervioso. Tendría que haberla acompañado, ya era de noche y era peligroso, se repetía una y otra vez en la oscuridad de su habitación. Se preparó para ir a la cama, esperando atentamente un sonido por parte del celular que le anunciara que Emma le había mandado un mensaje. 

Ya cuando estaba cerrando los ojos y se sentía en los brazos de Morfeo, su celular sonó. El brillo de la pantalla del celular lastimó sus ojos en un principio, pero logró distinguir el mensaje.

"Ya estoy en casa, gracias por la cena"

Él era el que debía agradecerle.

"De nada, hacía mucho tiempo que no me la pasaba así con alguien"

"Lo mismo digo. ¿Qué te parece si lo repetimos en mi casa?"

Se habían separado sólo hacía unas horas y ya quería volver a verla. Eso no le pasaba con nadie. 

"¿Mañana?"

"Mañana. Nos vemos en las oficinas de YG"

Seunghyun se fue a dormir, emocionado por la noche que le esperaba pero también un poco asustado. Emma lo sacudía por dentro y sabía que con el tiempo se adueñaría por completo de él. 

Sí, tenía miedo de que lo que existía entre ellos se apagara tan rápido como había iniciado. 

Al día siguiente, pasó la mañana yendo a exhibiciones de arte y reuniéndose con vendedores de muebles que había visto cuando estaba en Corea. Veía constantemente el reloj en su muñeca, impaciente. Nunca había sentido la necesidad de modificar el tiempo. Tenía ganas de verla, pero tenía miedo de hacerlo. No quería ir rápido, pero ya habían desperdiciado tiempo apartados el uno del otro.

Aún le costaba imaginar que ella, con su sonrisa tan brillante, tuviera un pasado doloroso que no quería contar a nadie. Le molestaba saber que de alguna manera lo sucedido aún le afectaba. Juraba que haría todo lo posible por hacerla sentir mejor una vez que ella le contara lo sucedido.

Ya en la habitación del hotel, se cambió y se arregló para ver a Emma. Agradeció mentalmente a su pequeño maknae por haberle dicho que llevara ropa elegante por si salía a cenar con alguien importante. Si las cosas salían bien, definitivamente presentaría a los chicos con Emma. Ellos eran su familia, así que definitivamente tenían que conocerla. 

¿Aceptaría volver a Corea con él? 

De nuevo, detuvo sus pensamiento. No se quería adelantar, tal vez algo podía salir mal. Le dolía pensar en eso, pero debía tomarlo como una posibilidad. Esperaba que no, porque lo que sentía por ella era algo especial que no había sentido por nadie. Sacudió su cabeza, pues no quería llevarse esa clase pensamientos consigo en su camino a verla.

Salió del hotel en dirección a las oficinas, en donde entró sin ningún problema y subió para encontrarla de nuevo en la escalera, afinando los últimos detalles antes de comenzar a pintar en unos días. 

La contemplo por unos segundos antes de hacer un sonido con la garganta para hacer notar su presencia. 

Ella volteó a verlo y sonrió ampliamente. Emma bajó de la escalera y apartó el cabello que tenía en el rostro con el dorso de su mano derecha. Se acercó a él y lo miró por unos momentos antes de pararse de puntillas y darle un beso en la mejilla. 

Adicta a ti | T.O.PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora