Capítulo 21 | Demanda

1.6K 145 4
                                    

Dos días era todo lo que faltaba para que Seunghyun regresara a Corea, no sólo porque Emma ya había terminado el mural, sino porque pronto BIGBANG empezaría una serie de fanmeetings en China y él tenía que estar ahí.

Emma se había entristecido cuando se enteró, recordando los ya casi seis meses que habían estado juntos y deseando que el tiempo pasara más lento. Existía la opción de acompañarlo, aunque no estaba muy segura de que funcionara. Después de todo, la decisión no dependía ni de Seunghyun ni de ella, dependía de Yang Hyunsuk.

Despertó junto a él como acostumbraban cuando ella se quedaba hasta tarde en las oficinas de YG y pasaba a recogerla para llevarla a su departamento, lo que usualmente terminaba en que Emma lo convenciera para quedarse argumentando que ya era tarde para regresar, además, también lo había convencido para dejar algunos artículos personales como algo de ropa, un cepillo de dientes y lo necesario para su aseo personal. 

Se acercó a él, que se encontraba  del otro lado de la cama dándole la espalda desnuda después de un momento intenso que no pasó a mayores. No había pasado nada entre ellos en todo el tiempo que habían estado juntos. Algo dentro de ambos los detenía en el momento justo y siempre terminaban durmiendo abrazados sin decir una palabra.

Había comenzado a amarlo cuando le contó sobre su pasado y para ella esa era la razón por la que no podía llegar más allá. Necesitaba ser completamente sincera con él acerca de sus sentimientos para hacerlo y le daba miedo que Seunghyun no la correspondiera de la misma manera. Sabía que era un miedo algo tonto, sin embargo, decirlo en voz alta la hacía sentirse expuesta y vulnerable. Tenía que estar preparada para decirlo.

Extendió su mano para tocar su espalda y delinear los músculos que se definían claramente. Depositó pequeños besos desde su hombro derecho hasta al izquierdo para que despertara. Se movió bruscamente y abrió los ojos tratando de despejarse del sueño restante. Se volteó para verla con una sonrisa y ojos somnolientos. Emma lo besó delicadamente en los labios mientras acariciaba su rostro y lo despejaba de los pequeños cabellos que lo cubrían. Seunghyun recién despertado era lo más maravilloso que había visto, sus ojos hinchados por el sueño y ese pequeño brillo que su rostro tenía por el descanso obtenido le parecían fascinantes.

—Despiértame así todos los días —pidió con su voz profunda y ronca acercándola a él para abrazarla y besar su frente. 

La sensación placentera la invadió hasta la planta de los pies. 

—Lo haré si Hyunsuk está de acuerdo... ¿A qué hora llega su vuelo?

—Me parece que a la una, me dijo que fuera a recogerlo al aeropuerto. ¿Qué hora es?

—Las diez, aún tienes tiempo.

—Tenemos, jagi-yah —aclaró—. Quiero quedarme aquí un buen rato —respondió acercándola más a él y cerrando los ojos. 

Emma se sonrojó un poco.

—Pero no puedes, necesitas arreglarte y desayunar.

—No. Puedo arreglarme después y desayunar en este instante —dijo besándola, devorando sus labios. 

Sus manos fueron a la cintura de ella, bajaron para delinear su pierna suavemente y después tomar su trasero entre sus manos y apretarlo fuertemente. Ella soltó un jadeo cuando la empujó arriba de él para seguir besándola.

—¿No prefieres desayunar un omelette? —bromeó contra sus labios. 

Seunghyun soltó una carcajada.

—Prefiero desayunarte a ti.

Después de unos minutos de insistencia y muchos besos juguetones, él accedió a bañarse mientras Emma hacía el desayuno. Recogió su cabello en una coleta y se puso manos a la obra. Su mamá acostumbraba a poner música mientras cocinaba el desayuno. La costumbre le quedó algo arraigada así que puso música mientras sacaba todos los ingredientes del refrigerador para preparar un omelette de queso con champiñones.

Después de unos minutos de revolver, voltear y cocer,  apagó la estufa. Dos manos se entrelazaron sobre su abdomen y sintió cómo una cabeza se recargaba sobre la suya. Nunca se lo había dicho pero le encantaba que él fuera tan grande y alto, le encantaba abrazarlo ya que se sentía como si una gran manta la cubriera por completo. Aspiró su aroma y percibió el olor de su loción de afeitar. Le encantaba. 

—Se ve delicioso —dijo él besando su nuca.

—Esperemos que sepa igual —respondió. Él bajó su cabeza para besar delicadamente su cuello mientras la empujaba contra su cuerpo—. ¿Por qué amaneciste tan cariñoso? —preguntó divertida, cerrando los ojos para disfrutar de la sensación.

—Lo de anoche me dejó un poco... Ya sabes —contestó riéndose nerviosamente sobre su piel, acercándola más a él para que ella pudiera sentir la presión de su entrepierna. 

Casi pudo ver sus orejas rojas, algo que le pasaba cuando estaba apenado. Suspiró.

—Pero ahora tenemos prisa, así que mejor me bañaré —dijo, alejándose nerviosa y saliendo de la cocina.

Él se fue después de un rato para recoger a su jefe y pasar a ver el mural ya terminado. Sinceramente, Emma estaba muy orgullosa de su trabajo y esperaba que le agradara el resultado final. Decidió ir al estudio y terminar una de las esculturas que tendría que vender a un señor que venía de Francia en dos semanas. Si todo salía bien, le pediría a Ashton que no recibiera muchos pedidos para poder acompañar a Seunghyun en su gira en China por unas semanas. Revisó su teléfono antes de salir de su casa y le alarmó ver su teléfono lleno de llamadas perdidas tanto de Ashton como de sus padres. Decidió llamar a su amigo.

—¿Qué pasa, Ash? —preguntó cuando contestó.

—Tienes que venir al estudio rápido, necesito que veas algo —respondió serio. 

Empezó a preocuparse de inmediato, pues no era normal en él escucharlo hablar tan seriamente.

Llegó al estudio lo más rápido que pudo, se bajó del auto y deslizó la puerta de la entrada. Su amigo estaba sentado en el suelo con un papel en las manos. Al verla, inmediatamente se levantó.

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan serio? —dijo apenas y se acercó a él.

—¿Ya habías visto esto? —respondió dándole el papel.

Empezó a leer. Era una demanda.

La estaban acusando de plagio.

Adicta a ti | T.O.PWhere stories live. Discover now