- Padres fuera de lo normal.

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— Vamos, tú puedes — decía una rubia esperando a cierto bebe a unos cuantos metros, ahora la rubia junto con el oxigenado le enseñaban a caminar al pequeño.

El rubio pequeño de orbes del mismo color pero con algunos destellos de anaranjado trataba con todo esfuerzo mantenerse de pie y caminar a donde se encontraba su nueva madre que le daba algunas porras para que lo lograra mientras que detrás del ni...

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El rubio pequeño de orbes del mismo color pero con algunos destellos de anaranjado trataba con todo esfuerzo mantenerse de pie y caminar a donde se encontraba su nueva madre que le daba algunas porras para que lo lograra mientras que detrás del niño se encontraba su nuevo padre algo nervioso por si el pequeño se caía. Su "batalla" continuaba apenas daba uno que otro paso antes de tambalearse pero en el paso de ahora un pequeño relieve en la madera del piso le jugo una mala pasada al pequeño que apenas toco el suelo con su rostro su padre iba a ir a ayudarlo pero se detuvo al ver a su querida novia haciéndole algunas señas.

Nikko estaba apunto de estallar en llanto pero alzó la mirada para visualizar a su madre y que lo ayudara pero ella tan solo sonreía y le miraba.

— Si te caes, te levantas. Venga vamos, ya no queda nada — le siguió animando con aquella sonrisa cálida, loa presentes se quedaron algo sorprendidos no se imaginaban a la rubia en tal estado emocional, ya la veían corriendo donde el pequeño a ayudarlo y consentirlo.

Y así fue, Nikko aun con los ojitos llorosos se levanto y siguió su camino ahora aun más rápido en dirección a su madre que lo esperaba con los brazos abiertos.

—Ese es mi pequeño. Ahora ¿Duele aun?— le preguntó mirando al pequeño que se le aguaron los ojos y comenzó a llorar en los brazos de su madre. Sting se acercaba sonriendo y traía un pequeño botiquín, cosa sencilla, en manos para currarle quizás el pequeño raspón de su hijo.

— Lo hiciste bien campeón, practicaremos luego nuevamente, ganaste un descanzo— le hablaba Sting a Nikko que sonrió y fue dejado por su madre en una mesa para que ahora el padre se hiciera cargo de la pequeña herida que había sufrido el más pequeño.

Una pequeña pelirosa  le hacia unas señas a la rubia para que se acercara. La mayor le había pedido que investigara acerca de los hombres y de que gremio pertenecían ahora era el momento del veredicto final, claro si en que había alguna información.

La rubia arqueo la una ceja para que la menor comenzara a hablar.

— El gremio es desconocido, pero creo que es del otro continente aunque ahora se hospedan en esté. Hay unos cuantos rumores de que son peligrosos, pero inventigue y todos aquellos rumores comienzan por algún miembro del mismo gremio — comenzó a hablar la menor algo seria pero termino algo divertida por el de tales rumores. Por otro lado la rubia sabia que la marca de aquellos le era algo conocida, no recordaba por completo pero algo en ella le dejaba sienta amargura en la boca. Tenía un mal presentimiento.

Le agradeció y volvió con su familia, el rubio mayor estaba molestando al menor haciéndolo hacer berrinche, no cabía duda el nuevo integrante era pequeño tenia 11 meses, según Saya, aun pero suficiente para que comenzara su propio entrenamiento según la Darkmist.

El secreto de Lucy Heartfilia -Fairy tailWhere stories live. Discover now