Mi viaje al Paraguay

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Después de semanas de conversaciones apasionadas en línea, finalmente decidí dar el paso y conocer a Kyd en persona. Mi hija Lavanda había estado insistiendo en que debía asegurarme de que no era una estafa, así que reservé un vuelo a Paraguay. Seguí su consejo y no le dije nada a Jaime, ya que ella me había dicho que el policía era un poco manipulador y yo no quería más drama del que estaba viviendo.

Mientras tanto, en casa, las cosas estaban un poco complicadas. Mi hija, siendo policía, siempre estaba preocupada por mi seguridad, y su compañero Jaime estaba actuando de manera extraña desde que me conoció. No podía dejar de sentirme incómoda con la forma en que me miraba, como si estuviera viendo algo que no debería. Él sabía que me iría al Paraguay sin él, aunque la idea de que me acompañe había sido mia.

Por otro lado, Dolores, mi encantadora sobrina argentina, me confesó que quería quedarse en Estados unidos. Siempre lo supe, pero pensé que Utah le había parecido muy aburrido para una chica de su edad, sin embargo ella parecía tener grandes planes de quedarse en este país y obtener la residencia americana.

No podía evitar preocuparme por ella, sabiendo lo complicado que podía ser el proceso de inmigración y tampoco no quería sentirme usada por haberla invitado a mi casa. Pero ella manifestó que si conseguía la residencia y los permisos de trabajo, ella me ayudaría a pagar los servicios de la casa, así que al ver en su rostro la humildad, decidí que podría ayudarla a pagar los trámites.

Finalmente, llegó el día de mi viaje a Paraguay. Lavanda me llevó al aeropuerto y me despidió con un abrazo que me hizo lagrimear de la emoción. Sentí que la situación era muy extraña y también me sentía nerviosa al mismo tiempo. ¿Qué pasaría cuando finalmente conociera a Kyd en persona?

El vuelo fue largo y agotador, pero finalmente llegué a Paraguay. Kyd me estaba esperando en el aeropuerto con una sonrisa de oreja a oreja. Su cabello rubio flotaba sobre su frente y sus ojos brillaban como un adolescente nervioso. Yo sentí náuseas del nerviosismo que me provocó al verlo de pie con un ramo de rosas blancas.
Luego toda la tensión acumulada desapareció en ese momento, cuando me tomó de las manos y besó dulcemente mi mejilla.

Hablamos como si nos conociéramos desde siempre, y su presencia era tan reconfortante como lo había sido en línea. Pero su apariencia física correspondía a un niñato y eso no me cerraba. Se veía demasiado joven en la realidad. Mi inseguridad había aumentado notablemente, en cambio su seguridad estaba por las nubes.

Me llevó al hotel para que pudiese dormir, un vuelo de 18 hs a mi edad fue tremendamente difícil. Necesitaba dormir antes de comenzar a alucinar. A la noche apareció con algunas de sus pinturas al óleo, eran muy bellas y coloridas. También me entregó una caja de zapatos llena de cartas que me había escrito y que nunca había enviado porque no sabía mi dirección.

Pasamos días explorando Paraguay juntos, riendo y contando historias locas. Me sentía como una adolescente enamorada de nuevo. Pero en el fondo de mi mente, todavía había preocupaciones sobre el que dirán... Kyd era demasiado bello para tener una relación con alguien como yo. Mi autoestima había bajado un montón.

Por otro lado mi hija estaba feliz de que todo no fuese un estúpido engaño. Finalmente, estos tres días habían llegado a su fin y aún Kyd no se había atrevido a besarme. En el fondo yo estaba pensando que deberíamos ser solo amigos puesto que nuestra diferencia de edad era muy perceptible en persona y ya varias veces otros turistas del hotel se nos quedaban mirando mientras caminábamos de la mano por el lugar.

Lavanda, Jaime y Dolores. No podía dejar de preguntarme qué estarían haciendo mientras yo estaba tan lejos. Ellos creían que Kyd y yo eramos protagonistas de una tonta novela de Televisa. Su curiosidad estaba escalando niveles muy altos.

Antes de irme, kyd me entregó los poemas que me había dedicado en un sobre, me dijo que nunca me olvidaría. Antes de partir hacía el aeropuerto internacional me besó y no solo me besó, también me apretó el trasero. Yo me asusté y empecé a temblar mientras agitaba mi mano en forma de saludo. Parecía que me había agarrado un atraque de ansiedad o de pánico. Pero ya estaba a salvo, sentada en el avión que estaba por despegar y tendría 18 horas para reflexionar sobre la agradable experiencia de haber recibido los poemas, las cartas y un agradable beso apasionado de un chico ventiañero que jura que me amará hasta el último de mis días.

Mientras tanto, de vuelta en Utah, las cosas estaban tomando un giro inesperado. Jaime finalmente decidió confesar sus sentimientos por mí, dejándome completamente aturdida. ¿Cómo podía enfrentar esta situación, especialmente después de haber vuelto del Paraguay? Pensaba que tal vez era todo cuento o estrategia para que le ponga fin a mi relación con Kyd.

Lo, seguía con sus propios planes de quedarse en Estados Unidos, estaba enfrentando sus propias luchas. La burocracia y los trámites para obtener la residencia eran mucho más complicados de lo que ella había anticipado. Me sentí impotente al ver que no conseguía resolver lo que ella se proponía.

A medida que los días pasaban, mi romance con Kyd se intensificaba en línea, pero las preocupaciones sobre el que dirán, me superaba y no quería afrontar futuras desilusiones. Sabía que eventualmente tendría que regresar al Paraguay y enfrentar todas estas situaciones de frente.

Pero por ahora, me permití sumergirme en esta historia de amor semificticia, disfrutando cada momento con Kyd a la distancia y dejando que el resto del mundo se desvaneciera por un tiempo.

Pero por ahora, me permití sumergirme en esta historia de amor semificticia, disfrutando cada momento con Kyd a la distancia y dejando que el resto del mundo se desvaneciera por un tiempo

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Estúpido Poeta (NOVELA TRASH) Where stories live. Discover now