Química perfecta

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Después de muchos días de conversaciones con Kyd, su insistencia en que visitara Argentina se volvió cada vez más convincente. Sus palabras llenas de entusiasmo y promesas de un futuro juntos despertaron una emoción inconmensurable, dentro de mí había una llama que había estado dormida durante mucho tiempo.

Finalmente, después de un dos meses de volver a chatear con Kyd, tomé una decisión. Finalmente compré un boleto de avión y decidí visitarlo a Argentina. Sin embargo, el nerviosismo me abrumaba día a día mientras esperaba el momento de mi partida.

Cuando finalmente llegó el día de volar, mis emociones estaban en un torbellino. Después de 22 horas solo quería aterrizar en Buenos Aires, estirar mis piernas, comer y reunirme con mi familia y con Kyd, sentía un torrente de emociones que me llenaba de alegría y felicidad.

Kyd fue al aeropuerto internacional a esperarme, al verme él sonrió de oreja a oreja y me dió un cálido abrazo de bienvenida, Kyd estaba muy acelerado, tomó mis maletas y las puso en el baúl del taxi, mientras viajábamos habló sobre su trabajo en la fábrica de chacinados y cómo él y Dolores estaban ahorrando para un futuro mejor. Su dedicación y determinación para construir un futuro juntos solo aumentaron mi admiración por él.

Él me dió un cálido beso y me dejó en la casa de mi familia. A medida que pasaban los días, me di cuenta de que había llegado el momento de tomar una decisión importante. Ya no podía seguir dando vueltas, era hora de enfrentar la realidad y descubrir si realmente éramos compatibles. Entonces alquilé un departamento cerca de la casa de mi familia para poder convivir unos días con Kyd.

—Kyd, necesitamos hablar —le dije una noche, mientras estábamos sentados juntos en el sofá del departamento.

Él me miró con curiosidad, esperando mis palabras con anticipación.

—¿Qué sucede, nena? ¿Estás bien? — preguntó, mientras dejaba el mate y la pava en la mesita ratona.

Respiré hondo antes de continuar.

—Kyd, creo que ha llegado el momento de poner fin a las vueltas. Necesitamos descubrir si realmente somos compatibles —expliqué, buscando que me diga algo ingenioso.

Kyd asintió, su expresión era muy seria.

—Estoy de acuerdo, Rosanelda. Creo que es hora de enfrentar la realidad juntos —respondió y se puso de pie para abrir su bolso.

—¿Qué tienes en mente? —pregunté.

—Esto te gustará —dijo Kyd mientras me daba un paquete con papel de regalo.

—¿Es para mí? —exclamé.

—Fíjate si te gusta —dijo esbozando una gran sonrisa.

Kyd me ayudó a romper el papel y vi que era lencería fina. Un baby doll y un culotte color rojo fuego.

—Woah, me encanta, es precioso —comencé —. Me pregunto si entraré en este diminuto atuendo.

—Esto no solo es un regalo, esto significa que debemos dar el próximo paso. Considerando las circunstancias, quiero que esta noche lo uses... —murmuró.

—Mírate Kyd, estás tan colorado como un tomate. ¿Estás muy avergonzado? —le dije lanzando una risotada.

—Soy muy afortunado, y sí, estoy muy nervioso por sentir tu piel y tu perfume cerca de mí. Quiero conectar en un nivel más profundo contigo —me replicó, sonriendo a través de su miedo.

—Esta noche te daré un masaje y te librarás de esos nervios... —dije y le guiñé un ojo.

Así que decidimos dar el paso y convivir durante un mes en el departamento y para eso teníamos que consolidarnos como una pareja.

Llegó la noche, el cielo estaba estrellado y el clima estaba perfecto. El momento en que la pasión sería crucial para determinar si nuestra química era verdadera.

Después de cenar pizza de ananá y champagne, luego de cenar me fui a tomar un baño caliente. Después de salir de la ducha me puse la lencería roja y mi perfume de bruja.

—Rosanelda, no te olvides de mí y sal de ese baño —gritó Kyd.

Mis manos temblaban de nerviosismo mientras me ponía rimel en las pestañas y un lapiz labial color rojo pasión, mientras Kyd preparaba la habitación con velas aroma a vainilla y miel. Puso música suave, creando un ambiente de romance y amor. Mi corazón galopaba como un caballo loco, hacía décadas que no tenía intimidad y estaba a punto de abrirme al amor y a la pasión.

Cuando salí del baño, sentí mucho nerviosismo. Mi miedo a no gustarle era gigantesco.

—Rosanelda, eres una diosa, ese baby doll te queda pintado —dijo con los ojos brillantes.

Parecía que me iba a desmayar o que iba a tener un ataque de pánico.

—Muchas gracias cariño —balbucié.

—Primero creí que eras un sueño, ahora sé que eres mi realidad, mi vida, mi batalla, mi cielo y todas las estrellas en este firmamento. Rosanelda, quiero amarte de todas maneras —me dijo dulcemente al tomarme entre sus brazos.

A medida que nos acercábamos el uno al otro, sentí una mezcla de miedo y excitación llenando mi ser. Pero en ese momento, supe que había tomado la decisión correcta al estar allí, junto a Kyd, listos para enfrentar juntos lo que el futuro nos deparaba.

—Juguemos, entonces, hasta que las velas ardan —dije y me incorporé sobre su cuerpo ardiente.

Las sábanas esperaban ser mojadas, entonces cabalgué solitaria y serena sobre un campo de batalla, mientras kyd sostenía con sus manos mis dos montículos de arena entre sus manos. La bala penetraba la tierra fresca para ganar la batalla. Golpeaba la puerta de entrada, mientras mi cabello revoloteaba en el aire. De repente mis espasmos se despertaron a toda fuerza y derramé la miel sobre su cuerpo. Caí rendida a un costado del camino, nos vimos a los ojos a poca luz y sonreímos por haber ganado.

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Estúpido Poeta (NOVELA TRASH) Where stories live. Discover now