Planes retorcidos

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Después de la confrontación con Kyd, el silencio que siguió fue horrible y doloroso. Las palabras que no dijimos oscurecían pesadamente en el aire, y aunque mi corazón aún estaba reventado sabía que necesitaba seguir adelante.

Sin embargo, Kyd no estaba dispuesto a dejar las cosas así. Su ira ardía en su interior y buscaba una forma de vengarse por sentirse herido y bloqueado de cualquier interacción conmigo.

Y así, creó un perfil falso en las redes sociales fingiendo ser otro chico con sus mismos gustos y costumbres, pero está vez se había hecho llamar Alcides, oriundo de Uruguay. Parece que estaba decidido a encontrar una manera de lastimarme como yo lo había lastimado a él.

Mientras tanto, en mi vida, seguía adelante, sanando poco a poco el dolor de la traición y encontrando consuelo en el amor y el apoyo de mi familia y amigos. Aunque las cicatrices de nuestra ruptura siempre estarían presentes, estaba decidida a seguir adelante y encontrar la felicidad, teniendo citas con Jaime en cafeterías, restaurantes y en el cine.

Y mientras Kyd se hundía más en su propia oscuridad, yo continuaba yendo hacia la luz, recordando siempre que el amor verdadero nunca se basa en la mentira y el engaño, sino en la honestidad y la confianza mutua, que está vez podría encontrarla en el colega de mi hija.

 
Veía a Lo sentada en la mesa de la cocina frente a la laptop, chateando con Alcides intercambiando mensajes inocentes, y gradualmente comenzó a ganarse su confianza. Estaba segura que era Kyd, pero aún debía permanecer callada hasta tener pruebas fehacientes.

Después de unos días, Lo parecía emocionada por haber conocido a un hombre increíble en línea, alguien que la hacía sentir especial. Mi corazón se llenó de alegría al verla feliz, pero una parte de mí no podía evitar sentir una ligera inquietud.

Sin embargo, las preocupaciones se intensificaron cuando revisé los chats de Dolores y vi que había comenzado a compartir detalles íntimos sobre nuestra vida en Estados Unidos. Kyd, bajo el disfraz de este hombre desconocido, estaba recolectando información sobre nosotros, alimentando su sed de venganza de una manera retorcida y peligrosa.

Cuando finalmente tuve la certeza de que era él por una falta ortográfica, sentí una mezcla de rabia y traición que amenazaba con consumirme por completo. Kyd había cruzado una línea imperdonable, utilizando a mi propia familia como peones en su juego de venganza.

Estaba decepcionada porque poco a poco, fue tejiendo su red de mentiras y manipulaciones, enredándose cada vez más en el engaño.

Pero a medida que pasaban los días, él se dio cuenta de que la venganza no era tan satisfactoria como había esperado. A pesar de todo el daño que había causado, el vacío en su interior solo se amplificaba y le confesó a Lo que era él, recordándole constantemente que la había engañado porque sufría la pérdida de lo que una vez había tenido conmigo.

Decidí confrontar a Kyd por su engaño, pero esta vez no había lugar para el perdón. Había perdido toda esperanza de redención, y cualquier rastro de amor que alguna vez sentí por él se desvaneció en la oscuridad de su traición.

—¿Así que ahora te llaman Alcides? —le dije en una llamada sorpresa.

—¿Por qué usas el teléfono de Dolores? —dijo kyd muy abrumado.

—¿Algún problema, Alcides? —dije en tono burlón.

—Es que pensé que era Lo, por eso atendí... —sentenció Kyd.

—Yo no te pienso desbloquear.

—¿Y por qué no? ¿Acaso estás muy ocupada con tu nuevo novio? —ironizó Kyd.

—¿Quién? ¿Jaime? —exclamé abrumada.

—Sí, ya lo sé todo.

—Vos sos un ridículo. ¡Deja de engrupir a mi sobrina! —chillé.

—Está bien, yo mentí, pero luego le dije la verdad, Lo ya sabe con quien habla y ella me entiende —se justificó.

—Aléjate de mi familia, por favor.

—Estoy harto de ti —gritó y cortó la llamada.


Después de descubrir el engaño del paraguayo a través del perfil falso que creó para manipular a Dolores, me sentí devastada y furiosa. No podía creer que había llegado tan lejos en su búsqueda de venganza, utilizando a mi propia familia en su retorcido juego.

Decidí hablar con las chicas sobre lo que estaba pasando, sabiendo que necesitábamos abordar este problema juntos. Después de cenar tendríamos una conversación seria.

—Niñas, necesito hablarles sobre algo muy importante —comencé nerviosa.

Lavanda frunció el ceño, claramente preocupada por mi tono serio.

—¿Qué sucede, mamá? ¿Estás bien? — preguntó su mirada llena de preocupación.

Respiré hondo antes de continuar.

  —Kyd creó un perfil falso en las redes sociales para manipular a Dolores y obtener información sobre nosotras —expliqué, sintiendo el dolor en mi mente.

Lo se sobresaltó, su expresión pasando de la sorpresa a la incredulidad.

—¿Qué? ¡No puedo creer que hayas hecho algo así  —exclamó, su voz llena de indignación.

—Lo siento, Dolores. Revisé tus chats y luego usé tu teléfono.

—Es difícil de creer que Kyd haya hecho algo así, pero se arrepintió y dijo toda la verdad —dijo Lo, deseando poder protegerlo de todo esto.

Lavanda apretó los puños con furia.

—No protejas a ese desgraciado. Él no tiene límites. ¿Qué más es capaz de hacer? —gritó lanzando una servilleta directamente a la cara de Lo, que estaba limpiando la mesa.

Lo demostró indignación y dijo:

—A mí me agrada Kyd. Me engañó pero también fue valiente al decirme la verdad —dijo Dolores.

A pesar de la confusión, la traición ahora venía de mi propia sobrina.

—¿Acaso sigues chateando con él? —le pregunté calmadamente.

—Sí, porque me agrada mucho, me envía memes y me hace reír. Parece muy patético viéndolo por fuera... —dijo Lo, con un tono muy sério.

—Bueno, mamá, quizás este estúpido poeta encontró una amiga en Lo. Quizás eso también quería de ti, una amistad verdadera —dijo Lavanda mientras ponía a funcionar la cafetera que estaba sobre la mesada.

—Hagan lo que quieran con Kyd, si tanto les agrada. Pónganse de su lado, pero después no digan que la bruja soy yo —bramé.

—Principalmente quiero saber si lo que te dijo Larissa es verdad. Déjame seguir chateando con él —inquirió Dolores.

—¡Ja! A ustedes como les gusta el chisme.

La historia estaba un dando un giro inesperado y yo no quería ser partícipe de toda esa locura.

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Estúpido Poeta (NOVELA TRASH) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora