XXXIII. Perdiendo la cabeza. Parte II.

4.8K 471 96
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|| Perdiendo la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|| Perdiendo la cabeza. Parte II.



Anoche, al llegar a casa, no pude dormir.

Cada vez que intentaba cerrar los ojos, una sensación de vulnerabilidad me invadía, que el peligro acechando tomaría ventaja de mi estado inconsciente, así que me mantuve despierta, pasando las horas leyendo y escuchando heavy metal, esperando que el ruido ahogara los pensamientos inquietantes que me acechaban. Con los primeros rayos del sol, me rendí y decidí tomar una ducha, esperando que el agua caliente despejara mi mente. No sucedió.

Para cuando escucho movimiento fuera de mi habitación, ya estoy terminando de ponerme las viejas Vans desgastadas. No puedo evitar notar lo mucho que han visto conmigo: cada rasguño y mancha cuenta una pequeña historia de días que parecen lejanos. Hoy, sin embargo, esa rutina me pesa más de lo normal.

Según el reloj/alarma sobre mi buró, tengo demasiado tiempo de sobra antes de que inicien las clases. Tal vez debería pasar por la casa de Lydia, así podemos ir juntas a la escuela. Con ella a mi lado, seguro encontraré una distracción que me ayudará a alejar estos pensamientos y emociones que se arremolinan en mi mente. Lydia siempre sabe cómo mantenerme anclada a la realidad.

Antes de agarrar mi mochila, camino hacia el armario y saco la chaqueta que Lydia me regaló por mi cumpleaños. El aire ha comenzado a enfriarse, el otoño finalmente está cediendo ante los primeros indicios del invierno, y las brisas matutinas ya muerden con fuerza. Me detengo frente al espejo ovalado que descansa detrás de la puerta, buscando algún signo de normalidad en mi reflejo, algo que me asegure que no me veo tan mal después de casi veinticuatro horas sin dormir. Me quedo observando mi propio rostro por unos segundos, las sombras bajo mis ojos se han vuelto más profundas, mi piel pálida bajo la luz tenue de la habitación...

Y entonces sucede.

El aire se me escapa de los pulmones en un jadeo cuando, de pronto, veo algo en mis manos que no debería estar allí. En lugar de uñas, veo garras. Largas, afiladas, oscuras como la noche. Garras como las de un hombre lobo, destellando con una amenaza silenciosa. Cierro los ojos de golpe y los vuelvo a abrir, el corazón martillando en mis oídos. Pero ya no están. Mis manos son normales otra vez, delgadas, humanas.

About The Unusual Suspects | AW&W: 2 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora