EN EDICIÓN LENTA.
[Libro #2 de la saga "About Werewolves and Witches"]
NOTA: por favor, lee la primera sección del libro Steredith antes de empezar con este.
Con los poderes de Meredith y las transformaciones de Scott a hombre lobo mejor control...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
|| Sacrificios humanos.
Stiles.
Resulta que Erica si estaba muerta, tal y como Isaac en su estado de trance nos lo había dicho. Aunque la sorpresa de la noche fue el hecho de que Derek tiene otra hermana y era quien estaba encerrada junto a Boyd en la bóveda del banco, la cuál tiene paredes hechas de un extraño mineral capaz de mantener la luz de la luna fuera, evitando que por tres lunas llenas pudieran transformarse. Según Peter Hale, eso provocaría que cualquier hombre o mujer lobo se volviera más fuerte, feroz y salvaje cuando la luna llena finalmente lo tocara.
Por esa razón, cuando Scott me llamó para pedirme que pasara por Meredith al banco (además de asegurarme de que Allison llegase a salvo al complejo de departamentos donde ella y su padre viven ahora), mi corazón dio un vuelco.
—Entonces, ¿ya vas a contarme qué hacías en el banco? —pregunto a mi novia en cuanto sale del baño, vestida con unos pants de yoga negros, una camiseta de Iron Man y el cabello húmedo.
Ella se muerde los labios a la par en que toma en brazos a la bola de pelos que le exige mimos.
—Allison me pidió que la acompañara.
—Creí que no le hablabas a Allison —enuncio dudoso, enarcando una ceja.
—Si le hablo, solo que no somos tan cercanas como antes de que se volviera una cazadora psicótica.
—Su abuelo le lavó el cerebro con sus mentiras y... —Guardo silencio en cuanto ella me dedica una penetrante mirada irritada—. El punto es que después de todo lo que pasó, pensé que solo salías con ella si Lydia te obligaba.
—Dijo que iría al banco. No me pareció una buena idea dejarla ir sola.
Le creo. Pero al mismo tiempo siento que me oculta algo.
—Pudiste haberme llamado.
—Te dije que olvidé mi celular.
—Pudiste llamarme del teléfono de Allison —insisto.
