Capítulo 15: Anchors. Parte I

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La noche anterior, en cuanto llegué a casa y pude alejarme del eterno parloteo de Lucy, me sentí exhausta mentalmente. Fue igual a como cuando pasas mucho tiempo tratando de resolver una ecuación y sientes que el cerebro te va a explotar, pero por fortuna aquella sensación se esfumó en cuanto caí rendida entre los brazos de Morfeo.

De no ser por Lucy tal vez habría muerto atropellada, y le agradecía que me hubiera sacado del camino de aquel auto pero no había sido necesario que fuera mi guardaespaldas en mi camino de vuelta a casa, sobre todo porque tuve que descubrir que a pesar de ser una persona totalmente diferente por fuera eso no quita que siga parloteando sin parar como cuando era humana.

Aún no comprendía del todo cómo es que ella y los gemelos seguían vivos, quiero decir escuché los huesos de sus cuellos rompiéndose, ¡es antinatural que estén vivitos y coleando!, pero según me dijo Lydia, ellos estaban moribundos y habrían muerto en verdad de no ser por Deaton.

Alejo esos pensamientos de mi cabeza para continuar alistándome, ya que llevo más de diez minutos sentada junto a mi cama, con las piernas flexionadas debajo de mi cuerpo. Saco mis Vans, grises y rotas, de debajo de la cama y me los pongo apresurada, pues todavía tengo que desayunar algo antes de irme a la escuela.

Agarro mi mochila y me la cuelgo al hombro para inmediatamente caminar hacia mi escritorio y coger el celular pero cuando estiro la mano doy un salto, tirando mi mochila en el acto, pues por un segundo me pareció ver garras en lugar de uñas, garras como las de Scott.

Inhalo profundo, exhalo por la boca y cojo mi mochila y mi celular para poder salir ya directo a la cocina, repitiéndome en silencio que las garras han sido solo producto de mi imaginación. Nada de eso es real. Absolutamente nada.

En cuanto salgo al pasillo uno de los cuadros de mamá cae al suelo y justo al lado de este se encuentra Isaac, ambos enfrente del cuarto de Scott.

— ¡Oigan! —Mamá aparece, medio molesta, medio irritada—. Ustedes dos, adolescentes sobrenaturales —Señala a Isaac y a Scott, quien recién sale de su habitación—, no pongan a prueba mi nada sobrenatural nivel de paciencia. Buenos días, hija.

—Buenos días —respondo y echo un vistazo a los chicos antes de seguir a mamá escaleras abajo hasta la cocina.

— ¿Te irás en la bicicleta? —me pregunta mi progenitora cuando camino directo hacia el refrigerador—. ¿O tu papá te dará un aventón a la escuela?

—Bicicleta —Saco el galón de jugo y lo dejo sobre la barra para coger un vaso de la alacena y sacar un paquete de galletas de chispas de chocolate de la despensa. Mamá hace un sonido afirmativo. Lleno mi vaso con jugo de naranja y abro mi paquete de galletas—. Ir con papá fue la cosa más extraña e incómoda —Afortunadamente solo había sido una vez.

—Yo puedo llevarte a la escuela, si quieres —ofrece con una sonrisa.

—No voy a quitarte un solo minuto de tu único día de descanso, mamá.

—Bien, entonces ¿por qué no te vas con Scott? ¿O con Isaac?

—Porque soy una persona solitaria —respondo con la boca llena de comida y ella cruza los brazos, trago la comida y doy un largo sorbo a mi jugo—. Últimamente estar con ellos es igual de incómodo que estar encerrada en un auto con papá.

—Sí, puedo verlo —Ladea la cabeza—. Y ninguno de ustedes me dice por qué.

—Somos adolescentes, peleamos todo el tiempo.

—Y repito: ninguno de ustedes me dice por qué.

Abro la boca para soltar alguna mentira, pero la presencia de Scott e Isaac me detienen de hacerlo. Me acabo el jugo de un largo trago, agarro mi paquete de galletas y le doy un beso en la mejilla a mamá antes de salir de la casa. Cenar en familia ya era suficientemente incómodo.

About The Unusual Suspects | AW&W: 2 | Teen WolfWhere stories live. Discover now