About The Unusual Suspects | AW&W: 2 | Teen Wolf

Capítulo 11: The Overlooked

Nos encontramos en el Jeep de Stiles con él al volante y mi hermana en los asientos traseros, demasiado callada después de haberse disculpado mil y un veces y en medio de un mar de lágrimas con Stiles por no haber podido salvar a su padre de que la señorita Blake, alias el darach, se lo llevara. La expresión en el rostro de mi mejor amigo cuando la abrazó y le dijo que no era su culpa fue suficiente para saber que se sentía tan mal como yo por haber dudado de ella, por haber creído que ella era quien nos había estado engañando cuando fue nuestra maestra de inglés quien estuvo detrás de esto todo el tiempo.

La señorita Blake mantuvo su papel de «Soy inocente» por un largo rato, negando saber el paradero del sheriff y también haber tratado de asesinar a Lydia, pero solo hasta que un poco de muérdago en polvo reveló su verdadera identidad, la cual es un poco espeluznante, y de ahí en más no hizo más que decirnos que la necesitamos y que es la única que puede salvar a Cora, quien según Peter pierde la consciencia una y otra vez además de vomitar sangre negra con rastros de muérdago, razón por la cual ahora nos encontramos camino al hospital en medio de una lluvia casi torrencial.

—No lo sé, hay algo muy malo en esto —Nos dice Stiles mientras conduce detrás de la camioneta de Derek—. Se lo probamos a Derek, pero ella aún tenía una mirada como si no importara. Como si todo estuviera saliendo de acuerdo con el plan. Lo vieron, ¿no?

Yo no respondo porque realmente esperaba haberme equivocado en eso y escucho a mi hermana suspirar casi imperceptiblemente.

Pronto llegamos al hospital de Beacon Hills, estacionando a solo unos metros de las puertas principales junto a la camioneta de Derek. Salgo del vehículo y ayudo a Meredith a hacer lo mismo. Cierro la puerta del Jeep y caminamos al frente de este, mojándonos por completo bajo la lluvia a pesar de haber estado tan solo cinco segundos expuestos a ella, mientras esperamos a Stiles.

— ¿Qué es eso? —le pregunto a mi mejor amigo cuando finalmente sale del vehículo.

—Tú tienes garras. Mer tiene poderes de Jedi. Yo tengo un bate —nos dice mientras caminamos hacia el interior del hospital, justo por detrás de Derek y la señorita Blake.

Cuando entramos al hospital todos parecen demasiado agitados, demasiado apurados, pero me aseguro de no distraerme con ello y seguir de cerca a los demás mientras avanzamos por los concurridos pasillos. Antes de girar al pasillo que lleva al elevador escucho la voz de mamá.

— ¡Scott! ¡Meredith! —No solo mi hermana y yo nos detenemos y nos giramos hacia mi madre—. ¿Qué hacen aquí? Están evacuando el hospital.

—Vinimos por Cora.

— ¿Todos ustedes? —pregunta, llevando sus ojos por sobre todos nosotros y su ceño se frunce—. ¿Por qué Stiles tiene mi bate?

—Mamá, confía en mí para esto. Tienes que irte de aquí. Ya mismo.

—El edificio debe quedar despejado en treinta minutos —informa tras un suspiro—. Tenemos dos ambulancias que van a regresar. Una está a diez minutos, la otra a veinte. Cora debe irse en una de esas. La recogerán en el estacionamiento del sótano.

—Entendido.

—De acuerdo. Tengan cuidado —Asiento y doy la media vuelta al igual que las cuatro personas que me acompañan.

Caminamos hacia el ascensor y miro una última vez a mamá antes de entrar en la caja metálica y mantener mis ojos puestos sobre la señorita Blake.

—No tienes que sujetarme, Derek. Voy a ayudar —le dice tratando de zafarse de su agarre cuando las puertas se cierran y cuando él solo aprieta la mano alrededor de su brazo nos da una mirada irritada a Stiles y a mí, evitando mirar a Meredith, lo cual me parece extraño.