Capítulo 19

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KAYDEN

Me siento bien, realmente bien. Me siento pleno, feliz. La verdad es que no recuerdo cuando fue la última vez que me sentí de este modo pero si digo que sería durante una de las últimas navidades que pasamos en familia antes de que la mierda estallara, no estaría exagerando. Y una vez más se lo debo a ella, a la niña de mis ojos. Ver su cara de felicidad cuando su habitación quedó completamente como nueva no tiene precio y saber que yo puse en esa preciosa cara una sonrisa gigantesca me hace sentir el hombre más orgulloso del mundo. Las peleas continúas con el casero y el esfuerzo económico que tuve que hacer durante unos meses para comprar todas y cada una de las cosas que hicieron que esa habitación quedara perfecta para ella, valieron la pena. Su sonrisa vale la pena.

Eso es lo que me tiene así de pletórico porque yo sabía lo mucho que significaba para ella poder tener su propio lugar y acomodarlo a su manera. Con May aprendí un montón de cosas pero sobre todo, aprendí a apreciar las cosas pequeñas de la vida. Por muy pequeñas que sean no debemos de pasarlas por alto porque normalmente son las que más significado tienen.

Yo sé lo que es tener una habitación propia, bueno, qué cojones, yo sé lo que es tener todo lo que un niño puede llegar a pedir y la vida me enseñó que todo eso no vale una puta mierda porque en un abrir y cerrar de ojos te quedas sin nada. Cuando las personas están vacías y podridas por dentro no importa todo lo material que te pueden llegar a ofrecer porque cuando realmente necesites algo que no se pueda comprar con dinero te darán la espalda y no pararán hasta deshacerse de ti como si de un juguete viejo se tratara. Y con ella estoy aprendiendo a ver la otra cara de la moneda y me encanta apreciar todos y cada uno de esos pequeños detalles que son los que nos pueden llegar a hacer tan felices.

Saco el móvil del bolsillo trasero de mi pantalón y echo un vistazo a la hora. Antes de guardarlo sonrío al ver la espalda desnuda y pintada de May en mi fondo de pantalla. Ese es otro de esos momentos únicos e irrepetibles que pienso conservar durante toda mi vida. Pintar su pequeña y delicada espalda además de haber sido todo un reto para mí, ya que en más de una ocasión me habría lanzado sobre ella para poder lamer cada uno de los rincones de su espalda, fue de lo más relajante y fascinante que alguna vez hice. Ella estaba tan relajada que su acompasada respiración consiguió liberarme de cualquier tensión acumulada sobre mis hombros.

Echo un último vistazo y vuelvo a guardar el móvil donde estaba para seguir revisando el motor de un viejo 850 que trajeron ayer por la tarde al taller. Siento el ruido de una moto acercarse y me cago en todos sus muertos sin necesidad de ver su cara porque por el sonido del motor sé que se trata de Chris. Me incorporo y suspiro al ver que viene con otro capullo al que no conozco.

—Hola tío— dice bajándose de la moto y extendiendo su mano con la intención de que se la choque. Ignoro su gesto y le doy un movimiento de cabeza instándolo a hablar— ¿Qué pasa contigo? Apareces por una noche y luego te piras y no das señales de vida. Nos tenías preocupados. Por cierto, este es Evan.

El sujeto hace el mismo ademán de chocar nuestras manos pero a él también lo dejo con ella en el aire. No me interesan una mierda y quiero que se larguen cuanto antes de aquí. Si Dan los ve me va a cortar los huevos y no tengo ganas de oírlo ni de provocar un gran lío por culpa de dos gilipollas.

—Ya te dije que mi vida no tiene nada que ver con la mierda de la tuya, Chris, quizás por eso no me hayas visto en tantos días.

—No seas cabrón, ¿a qué viene tanta hostilidad? Creía que éramos colegas.

No puedo evitar soltar una carcajada al oír lo que este imbécil acaba de decir.

—Joder, la mierda que te metes te está dejando sin neuronas— digo con sorna—. Tú y yo no somos colegas, ni nunca lo fuimos. ¿A qué viniste?— me giro para buscar una llave adecuada para poder aflojar una de las piezas del motor—, puede que tú no tengas otra cosa que hacer además de esnifar unas cuantas rayas al día pero la gente normal trabaja así que acaba de una vez y lárgate de aquí.

Mi Primera Maravilla ©Where stories live. Discover now