Capítulo 20

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MAIA

Creo que nunca antes algo me había dado tanta pena como tener que ducharme después de que Kayden usara mi espalda como lienzo. En cuanto me tumbé en el suelo, él comenzó a susurrarme palabras dulces y toda la tensión y los nervios previos se evaporaron. La verdad es que fue algo sorprendente, nunca podría haber esperado que algo así se le pasara por la mente pero Kayden está lleno de sorpresas.

Mordisqueo mi labio y fijo mi mirada en el suelo, justo en el mismo punto donde eso ocurrió y mientras, Brooke observa detenidamente mi nueva habitación.

Brooke se gira hacia mí y después de un silbido dice:

           —Vaya, es perfecta May.

Se gira de nuevo para continuar observando todo y se acerca hacia el árbol que pinté. Observa cada una de las fotos que situé en cada rama y sonríe con picardía así que más o menos puedo hacerme una idea de qué tipo de comentario soltará a continuación.

           —Realmente lo tienes comiendo de la palma de tú mano— dice moviendo sus cejas hacia arriba y abajo exageradamente.

Lo sabía, es tan previsible. Pero es la mejor y no la cambiaría por nada. Nuestras personalidades tan opuestas son las culpables de que nos volviéramos amigas. Toda la frescura, la extroversión y su afán aventurero que a mí me falta, lo tiene ella. Por lo contrario yo le aporto serenidad y un carácter más cauto.

           —No seas boba— me río—. Él es increíble.

Brooke me mira y me devuelve la sonrisa.

           —No mereces menos que a alguien sumamente increíble a tú lado, May.

Mi sonrisa se hace más grande tras oír eso. Desde que nos conocimos, ella siempre ha estado a mi lado. Es decir, Kayden lo es todo, es mi roca. Además de ser el hombre del cual estoy enamorada, es mi mejor amigo. Nuestra, esto lo que sea que tenemos porque no le hemos puesto etiqueta, comenzó como una relación de amistad totalmente ingenua pero sincera entre dos niños. Él es la pieza fundamental que me complementa pero no puedo hablar de mis sentimientos por Kayden con Kayden. A ver, puedo y debo pero yo soy inexperta en esta materia y hay consejos que sólo una chica me puede dar y la mejor para eso es esta rubia que tengo delante de mí justo en este momento.

           —Tú sí que sabes hacer que mi autoestima se despierte y despegue.

           —Lo sé, yo también soy jodidamente increíble nena— responde moviendo su melena lisa con la mano. Y sé que no lo dice de broma. A veces la envidio porque ella no tiene ningún problema para quererse a sí misma. Ella siempre dice "si no me quiero yo, ¿quién va a quererme?" y estoy completamente de acuerdo con eso porque esa es unas mis luchas diarias.

Tras unas cuantas horas hablando con Brooke decido ponerme en marcha e ir a casa de Kath. No puedo ni quiero seguir con esta preocupación sobre mis hombros, no sé por qué me está evitando pero el caso es que lo está haciendo y no es justo que lo haga. Si hoy no está en casa me sentaré a esperarla hasta que llegue pero necesito saber qué está pasando para poder ayudarla o para que poder solucionar lo que sea que pudiera haber hecho mal. Porque esa es una idea que se me cruzó por la cabeza hace unos días mientras veía la tele. Lo pienso y no me doy cuenta de haber hecho algo que la molestara pero quién sabe, soy humana y cometo errores y por eso, si ese es el caso, quiero me lo diga para disculparme.

Nuestra relación no es una relación convencional entre madre e hija pero para mí, ella es mi figura materna. O al menos lo más próximo a ella. Nunca estuvo encima de mi prohibiéndome hacer cosas o exigiéndome, ella me dejaba tomar mis propias decisiones. Me dejaba equivocarme y me aconsejaba pero nunca me obligó a nada. Y es que yo siempre fui muy responsable para la edad que tenía y la etapa de la adolescencia se podría decir que me la pasé por alto.

Mi Primera Maravilla ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora