51 «Planes y no planes»

20.9K 1.7K 117
                                    

Capítulo 51

Punto de vista de Adam.

Miro la ventana durante un tiempo. Aún no logró entender que seré padre. Padre biológico. Tomo un poco de mi whisky y suspiro.

Alguien golpea la puerta, entonces miro.

—Adelante.

Me quedo esperando a que la persona entre, cuando la puerta se abre, veo que se trata del paseador de Bobby.

—Aquí le dejo a su mascota.—Me dice y yo asiento. El perro corre hacia mi y comienza a saltarme.
—Gracias.—Le digo poniéndose de pie y dándole su paga.

Cuando estoy solo con el perro que le regalé a mi esposa, me pongo a pensar que cuando nuestro hijo nazca, un perro no será recomendable. Para ese momento, Bobby dejara de ser un cachorro y será un perro joven y bastante bruto.

—¿Qué haremos contigo amigo?.—Le digo y el ladra, como si estuviera respondiendo.—Si, tu ladra, yo te entiendo.

Rasco mi cuello porque Bella aún no me ha llamado y no tener noticias me hace poner nervioso.

Es algo muy egoísta, pero no quiero que este en el Instituto. No quiero que nada pueda dañarla. Como padre del bebé y marido de ella, es mi obligación mantener su seguridad.

—Hola.—Dice su dulce voz. Me volteo y la miro.
—Hola. Creí que habíamos quedado en que me llamarías.
—Adam, puedo venir sola. Tu arreglaste que yo te llamaría y lo diste por hecho.
—Solo me preocupo de la seguridad de ustedes Bella. Si no vas hacer lo que digo, al menos puedes tener a uno de mis guardaespaldas.
—Adam no quiero pelear. No estoy de ánimos para eso. ¿Me entiendes? Escuche mucha mierda. No quiero seguir escuchandola acá. O tomo mis cosas y me voy a lo de mis padres.
—¿Qué te dijeron?.—Digo molesto.
—Nada, me he defendido de todo. Estoy bien pero cansada. Me iré acostar.—Dice ella dándose la vuelta.

La detengo antes de que salga por la puerta, la rodeó con mis brazos por la cintura y dejo caer mi cabeza en su hombro.

—Perdón mi amor.—Le digo y ella besa mi barbilla.
—Está bien Adam. ¿Si?
—Estaba preocupado y nervioso. Lamento hablarte así.
—Lo entiendo cariño.
—Te amo y te extrañe.—Digo depositando un beso en su cuello.—¿Tú me extrañaste?.—Pregunto y ella asiente.
—Siempre te extraño Adam. Eso ni tienes que pensarlo.—Me dice sonriendo.
—Bien, ahora vamos a la cama.—Le digo y ella ríe.
—Estoy cansada Adam.
—Me refería a relajarnos. No a otra cosa. Abrazados y mirando algo en la televisión.
—Si es eso, andando.—Me dice sonriendo.

Camino detrás de ella y sonrió. Definitivamente está mujer es mi perdición. Nunca creí que así sentiría el verdadero amor. Estuve tan confundido al creer un día que Adzelene era el amor de mi vida.

Me acuesto en la cama junto a mi esposa y depositó un beso en su cuello. La abrazo y dejó una mano en su vientre.

—Todavía tenemos una luna de miel mi ni planear.—Le susurro al oído.
—Eso debera ser una vez que acabe el instituto.
—Se supone que la luna de miel es para los recién casados Bella.
—Tengo que hacerlo Adam. No es un chiste para mi. Lo necesito.
—Está bien.—Digo y me alejo un poco.
—No te enojes.
—No me digas que  tengo que hacer. Yo no puedo decírtelo a ti.
—Espera, no deberías tratarme así. Quiero hacer las cosas bien. No quiero que mi hijo me vea como una estúpida suicida mala madre y encima sin estudios secundarios. No quiero Adam.
—Isabella espera un minuto. No eres una estúpida y tampoco eras suicida. Viviste algo muy feo y caiste en depresión. Te equivocaste pero esa no era tu intención.
—Eso no cambia los hechos Adam. Quiero ser un buen ejemplo para él.
—Lo eres mi amor. Eres una chica tan fuerte, te admiro y te amo con locura. Me vuelves loco. Para nuestro bebé nosotros seremos un ejemplo a seguir porque seremos felices y porque elegiremos siempre a nuestra familia sobre cualquier cosa. Y el sabrá que lo más apreciado es una familia.
—O ella.—Me dice y yo asiento.
—O ella.—Repito.—No eres eso que dijiste, ni siquiera lo pienses.—Susurro y ella asiente. Acaricia mi mejilla y yo cierro mis ojos ante sus caricias.— Henry, un viejo amigo me ha dicho que para su Luna de miel su esposa quería ir a un lugar en Argentina. Me lo paso, he estado viendo y se ve genial.
—¿Qué lugar?.—Pregunta ella.
—Umh, no recuerdo el nombre pero era una de las maravillas del mundo. Podemos ir allí, cuando entres de vacaciones.
—Puedes mostrarme fotos.—Dice ella y yo asiento.

Me estiró y tomo mi ordenador portátil de mi mesa de noche. La pongo sobre mi estómago y busco el lugar que mi amigo me paso.

—Es este.—Le digo y ella asiente.

Nos ponemos a mirar las fotos y me enamoro un poco de ese lugar. Se ve maravillosamente genial y sin duda iré a ese lugar con o sin Luna de miel. Con o sin Bella.

—Me parece perfecto. Quiero ir.—Me dice y yo sonrió.
—Tendremos una Luna de miel con aventuras.
—Tengo que decirte algo. Lo estuve pensando... No estoy muy segura pero me gustaría que me apoyaras.
—En lo que sea, amor.
—No quiero mantener... Relaciones sexuales durante el embarazo. Creo que con mi historial deberíamos tomar ciertos cuidados. No quiero volver a vivir eso.  No creo poder soportarlo.
—Cariño, lo he pensado yo también. Pero leí que el sexo ayuda durante el embarazo. Pero si, definitivamente tenemos que tomar cuidados. Podemos hacer el amor una vez al mes o dos veces. Pero tranquilos.
—Está bien. Pero no mucho más.
—No, no quiero volver a temer a eso.

Ella me regala una sonrisa y deposita un beso en mis labios.

—Ya falta poco para que terminen las clases.
—Algo como dos meses, puedo soportar eso. —Y luego seré toda tuya.—Susurra y yo sonrió.
—No por mucho, en unos meses empezamos otra vez con los chicos. Tenemos que grabar el nuevo álbum, promocionarlo.
—¿Cuánto durará todo eso?.—Pregunta ella con el ceño fruncido.
—No lo sé. Pero no estaremos mucho tiempo alejados. Además, tu irás conmigo a todos lados, ¿No?
—Hasta el fin del mundo.

Strong [The King. 1/4] Borrador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora