Capítulo 61

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"La realidad tiene tantas esperanzas como la ficción."

De: Tyler | 21.19 pm

No te preocupes, yo me encargó de Pixie.

Suspiré. No podía en ese momento contarle a Pixie la crueldad con la que Rebecca había mentido. Sin embargo, tras colgar el teléfono con Tyler y haberle explicado lo sucedido, él había salido a mi rescate. Se ofreció a ir a casa de la pelirroja para decirle en el atroz engaño había caído.

Aún era incapaz de creer lo que había hecho mi hermana, jugando con la estabilidad emocional de Pixie o con mi corazón. ¿Cómo podía ser alguien capaz de hacer pasar por tan dolorosa y atemorizante experiencia a una persona que lleva su misma sangre? La respuesta yacía en que para Becca no teníamos ningún vínculo. Había dejado claro que me odiaba. No me quería en su vida.

Dolía saber que había dado todo por alguien que no era capaz de darme nada.

Atravesé el umbral del hogar de los Rosewood para encontrarme cara a cara con un par de ojos pardos.

Dios Santo. Los problemas no tenían nada mejor que hacer que perseguirme.

Cada fibra de mi cuerpo se tensó al ver a Sarah sentada en el sofá del living. ¿Qué diablos hacía ella ahí? Todavía no me olvidaba que jamás había dicho una palabra del ataque de Amit hacia mí cuando descubrió quién era. No se me pasaban sus constantes miradas en Liver High y mucho menos el hecho de que no había dicho a Stella ni una palabra de aquello.

—¿Qué haces...? —comencé, pero una figura se plantó frente a mí.

Meredith.

Mi mirada descendió hacia el anillo dorado que se enroscaba alrededor de su dedo anular. Carter se lo debía haber propuesto hoy, pero eso no explicaba el por qué Sarah estaba observándome con tan falsa sonrisa.

—Becca, me alegra mucho que hayas llegado para la cena —dijo la mujer.

Me tomó de la mano y arrastró suavemente al centro de la sala. Me sentí incómoda con la presencia de Sarah

—Félix salió del hospital y creo que podríamos tener nuestra primer cena en familia —añadió en un hilo alegre.

—¿Familia? 

Me quedé de piedra al ver a Amit apareciendo junto a Conrad por el umbral del comedor. Los ojos del chico encontraron los míos. Había sorpresa y advertencia en ellos mientras tragaba con fuerza.

—Ella es mi hija, Sarah —presentó Meredith.

Recordé ahora seríamos hermanastras. Casi me había olvidado de ese día en que Tyler robó las imágenes del teléfono de la mucama y descubrimos que Sarah aparecía en ellas.

—Sí, nos conocemos —dije aclarando mi garganta—. Me encantaría cenar con ustedes, pero tengo un dolor de cabeza insoportable y prefiero irme a la cama... Si no les importa, claro.

No estaba de ánimos para soportar las miradas de Sarah ni el cuestionario de preguntas de Conrad.

—Claro que no, Becca —aseguró la mujer con preocupación y dulzura—. Necesitas descansar para estar como nueva el sábado. Te llevaré una pastilla para el dolor después, ¿sí?

Ansiedad se disparó dentro de mí.

—¿El sábado? ¿Todos irán el sábado?

Lancé una discreta mirada a Amit. Sería más difícil llevar a cabo el plan con todos ellos en la fiesta.

—Es una tradición, todo Shinefalls asistirá —aportó Sarah.

A Rebecca le daría un ataque cuando se enterara que Carter se casaría y tendría como hermanastra a la mejor amiga de Stella. No cabía duda.

El chico de ojos pardos se acercó y posó una mano en mi espalda baja.

—Te acompaño. —Me guió escaleras arriba—. ¿Qué diablos ocurrió con Pixie? —interrogó en un susurro cuando estuvimos en el segundo piso.

—Rebecca le dio unas putas pastillas disueltas en agua para que se le atrasara el período y simulase que estaba embarazada. Se hizo un test de embarazo y dio positivo, pensamos que era de Killian, pero luego Becca apareció y me escupió la verdad en la cara.

El enojo y yo jamás habíamos sido siquiera conocidos, pero últimamente estábamos juntos casi siempre.

Amit frunció en ceño con una mezcla de desdén y preocupación.

—Lo hizo para lastimarme e hirió a Pixie de la peor manera. Tyler me prometió que cuidaría de ella esta noche.

—Esto es increíble —escupió pasando las manos por su alborotado cabello, con la mirada lanzando chispas—. No puedo creer que haya sido capaz de hacer eso, mierda... Está fuera de control, cruzó el límite. Esto no puede quedar así.

Empezó a negar de forma frenética con la cabeza. Se echó a andar por el corredor con furia y tuve que interceptarlo tomándolo del brazo.

Teníamos que ser cautelosos.

—No puedes ir a hacerle frente, ni siquiera sabemos dónde está.

—La encontraré. No tiene el derecho de hacerle eso a Pixie, y menos a ti —susurró encolerizado al zafarse de mi agarre.

Me quedé de pie en medio del corredor antes de oír cómo la puerta principal se cerraba de un portazo. Intenté tomar una profunda respiración y tranquilizarme repitiendo que Amit no iba a dar con ella.

Lo que menos necesitaba era que Rebecca se enfadara aún más y cometiese algo que pudiera lastimarlo.

Abrí la puerta de la habitación de mi hermana, dispuesta a repasar el plan una y otra vez. Necesitaba terminar con todo. No podía vivir bajo la sombra de esa red de engaños por mucho más tiempo.

Entonces, me quedé estática al verlo de pie en medio de la recámara, con sus ojos fijos en mí.

Este tipo aparecía como en las pelis de terror. Te asustaba más que un jodido fantasma.





El cuenta mitos de BeccaWhere stories live. Discover now