Capítulo 5.-¿Luke? ¿En serio?.

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—Sip.—digo dando un salto de la cama para pisar el frío suelo.

Un escalofrío recorre mi cuerpo al sentir el frío y froto mis brazos y coloco mis zapatillas en mis pies.

—Te traigo el desayuno.—se trataba de café y unos bollos dentro de una bolsa.—espero que al menos no los odies.—sonríe dulcemente.

Se sienta en su escritorio y empieza a ver los libros, ahora sí de estudios.

—Por cierto tienes que ir a recoger tus libros, están allí esperandote.—me informa sin apartar la vista de sus libros.

—Muy bien, amargame el día.—digo con un poco de bollo masticado en mi boca, me vuelvo a sentar.

Ella suelta una pequeña risita.

Ahora empieza a oler las páginas de los libros, ¿qué?.

Me quedo mirandola con el bollo entre mis dientes esperando ser masticado. Ella parece notar mi mirada extraña hacia ella y se gira para comprobarlo. Yo sigo con el bollo entre mis dientes.

—¿Qué?.—pregunta tímidamente.

—¿Has...—saco el bollo—empezado a oler el libro de matemáticas?.—entrecierro mis párpados.

—Si.—lleva su mechón tras su oreja izquierda y me dedica una mirada.—es algo que hago desde que tengo conciencia.—se encoge de hombros.

—¿En serio? ¿y que tiene de interesante?.—pregunto intrigada con la respuesta.

—Para mi—aclara que le gusta a ella—es algo increíble, es como sentir estar con algo nuevo algo puro, es algo que no puedo explicar.—se encoge de hombros.

—Es como lo que yo siento cada vez que meto una cucharada de nutella en mi boca.—acaricio mi barbilla con mi mano y miro al techo pensativa.

—Odio la nutella.—se sincera.

—¿¡QUÉ!?.—digo mientras me pego a la pared alejandome de ese ser extraño que dice que odia la nutella.

—Amo la fruta.—sigue seria sin parecer importarle ser una chica rara.

—¿Con que clase de persona me han asignado habitación?.—digo hablando a un señor llamado Dios.

—Soy rara lo sé, pero si no me gusta pues....—se vuelve a encoger de hombros. Al final se va a quedar sin brazos, verás.

—Que rara eres chica.

Ahora está cabizbaja, parece que esta acostumbrada a que le digan eso. Ajusta sus gafas y me mira, espero algún día conocer a la Harper feliz y loca que está ahí dentro, porque todos tenemos un loco interior incluso las personas sosas.

¿Cómo creéis que era Ruthie antes de conocerme? Una sosa con miedo a las arañas eso era, hasta que llegue yo y todo cambió.

Pero ojo, no cambio la forma de ser de las personas, las hago mejores y hago que sean felices sin importar lo demás, pero la esencia siempre se quedará en su persona.

Eso me ha quedado muy poético. Algo muy raro en mi.

—Bueno me vestire e iré por mis libros.—muestro felicidad fingida.

-0-

Camino por los pasillos que ya más o menos voy aprendiendo a donde dirigen cada uno. Personas caminan en dirección contraria a mi con una montaña de libros.

Lo veo una estupidez la verdad, porque si no voy a usar los libros ¿para que me los dan? Para nada.

Una mujer joven es quién está repartiendo los libros. Normalmente la conserje suele ser una mujer mayor con más arrugas que una bola de papel de aluminio, pero este internado no es para nada normal.

La hija de Josh Miller®| Terminada✔Where stories live. Discover now