Capítulo 45.-Tinte, pescado y tijeras la venganza perfecta.

9.5K 636 85
                                    


Me acuesto en la cama que me ha asignado mi tía, me quedo allí mirando la nada. Las sábanas se entollan en mi cuerpo, y mi cabeza se adapta perfectamente a la almohada.

Al perecer ésta era la habitación de mi madre.

Está llena de posters, y algunos son de mi padre, me causa risa saber que para ella era un ídolo y al final fue el padre de su hija. En la mesita de noche hay una foto de ella con mi tía dónde tenían unos 15 años aproximadamente.

También hay una cajita de música, la cojo y la abro. Una bailarina comienza a dar vueltas mientras que una música suena. Me miro en el espejo, y comienzo a mirar la joyería que tenía aquí hasta que doy con una pulsera azul cielo y dorada.

Me la pruebo en la muñeca y me va perfectamente, y sí... ¿me la quedo?.

Max aparece, tiene solo la parte de abajo del pijama puesta. Me mira, hace un puchero y sonrío al ver su graciosa cara. Él sonríe al verme sonreír. Vuelvo a dejar la cajita en su lugar sin quitarme la pulsera.

—Bueno, supongo que no te veré hasta mañana.—dice y besa mi mejilla.—hasta mañana.

—Hasta mañana.—respondo.

Va a salir por la puerta pero lo freno pronunciando su nombre.

—¿Qué?.—pregunta girándose.

—Gracias.—le digo y eso es raro en mí, ¿yo dar las gracias? Lo nunca visto.—por haber estado en un momento tan duro para mi como éste.

—Estaría una y mil veces.—me dice y vuelvo a sonreír cómo una boba.

Se vuelve a girar y lo vuelvo a frenar de la misma manera que antes.

—¿Duermes conmigo?.—pongo los ojos de cachorrito y saco mi labio inferior.

El suelta una pequeña risita y echa un poco su cuerpo hacia atrás.

—¿No estás borracha verdad?.—pregunta y respondo con un no.—¿Mañana no me matarás por haber dormido contigo no?.

—Claro que no bobo, anda, ven.—me hago a un lado, aparto la sabana y le doy golpecitos a su parte de la cama.

Él se acuesta a mi lado, me abraza, besa mi frente y nos quedamos mirando el techo.

—Max.—lo llamo mientras dibujo círculos en su pecho.

—Dime Abigail.—sonríe, alzo mi cabeza para mirarlo y sonrío también.—auch.—dice al percibir el pellizco.

—Que va a pasar cuando vayas a la Universidad.—digo y Max me mira.

—¿Vaya?¿Tú no irás?.—frunce el ceño.

—No, yo no quiero estudiar, quiero trabajar y empezar a vivir como una chica normal, fuera cámaras y fuera todo.—le explico.

—Supongo, que nos veremos mientras yo voy a la Uni.—se encoge de hombros.—California no está tan lejos.

Echo mi cabeza en su pecho y escucho su corazón latir.

—Supongo, ¿pasará lo de siempre?.—cuestiono.—me refiero, ¿esto será un simple amor de Instituto y después nos olvidaremos quedándonos con un bonito recuerdo?.

—Pues no sé, pero sea lo que sea, vamos a preocuparnos en disfrutar del presente ¿si?.—besa mi mejilla y me extruja más entre sus brazos.

—Te.—bostezo.—quiero Maximiliano.—cierro mis ojos.

Puedo notar como su pecho sube y baja rápidamente por la risa que le ha causado eso.

—Y yo Abigail.—pone su mejilla en mi cabeza y cierra sus ojos.

La hija de Josh Miller®| Terminada✔Where stories live. Discover now