Capítulo 37.-Nunca viene mal algo nuevo.

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—¡Te he echado tanto de menos!.—grita emocionada.

—Y yo a ti Amber.—dice Harper con menos entusiasmo.

Amber se gira y me mira directamente a los ojos, claro que no me corto ni un pelo y yo también le miro directamente a los ojos.

—¿No me vas a presentar a tu amiga famosita?.—dice en un intento de susurro.

—Su amiga la famosita tiene orejas, las orejas sirven para escuchar y las mias no se van a quedar atrás.—sonrío.

—¡Soy Amber Grace, tengo la misma edad que tú y mi sueño era conocerte!.—grita emocionada y me abraza.

—¿Y por qué?.—digo apartandola de mi lado.

—¿Cómo que por qué? Tu padre es famoso chica.—dice obvia y mira a Harper, que decide apartar la mirada.

—¿Y?.—me cruzo de brazos.

—¿Podrías meterme en alguna película...?.—empieza a pedir.

Dios que directa la chica.

—Atrás vaquero.—digo y empieza a reírse.—no he colado a nadie en mi vida, no vas a ser tu especial o algo.

Esta Amber me da muy mala espina.

—Bueno, no hace falta ser tan borde.—dice en un tono más suave.

—Ni tampoco tener más cara que espalda, guapa.—le digo y ella decide ignorar eso y mirar a su prima.

—¿Y qué tal en Texas?.—pregunta Harper para cambiar el tema.

—Fenomenal, se te echa de menos.—Amber acaricia el brazo de su prima.

Llaman a la puerta y no tardo ni dos segundos en abrir la puerta.

—0—

Max

A los pocos segundos, Abi abre la puerta. Sorprendente, ¿esperaría a alguien?.

—Maximiliano.—dice ella con cierto aire burlón.

Me encanta.

—Abigail.—río al ver como su rostro muestra una seriedad repentina.

Me encanta aún más.

—¿Y bien?.—dice y apoya su espalda al marco de la puerta.

—Venía para decirte que si podías ir mañana al parque de atracciones.—apoyo mi brazo en el marco de la puerta y me quedo a unos pocos centímetros de ella.

Puedo sentir su aliento, y cómo nuestras respiraciones se mezclan, cada pestañeo que provoca y como a ninguno de los dos nos molesta. Y esto en una milésima de segundos.

Dios esta chica me tiene loco.

—¿A qué hora?.—pregunta.

—¿8?.—le pregunto si le parece bien y afirma asintiendo con la cabeza.—aquí estaré.

—No tardes princesita.—le escucho decir antes de cerrar la puerta.

—0—

Harper

Enseñarle a mi prima el centro, es la mejor y peor idea que he tenido en el mundo.

La mejor porque así se olvida un poco de molestar y la peor porque no se despega de mi novio.

—Ésta es la cafetería.—digo mostrando la sala llena de gente.

—¿Es bonita verdad?.—dice Leo mientras agarra mi cintura.

—Harper.—comenta Amber.—¿Por qué no vas a estudiar? Seguro que tienes mucho que estudiar y no puedes permitir sacar un 9'9, así Leo me enseña mejor el centro.

Mi propia prima, flipan2.

—Mejor, descubre el centro por ti misma. Harper y yo tenemos una cita pendiente.—dice Leo, me coge de la mano y me lleva a no sé dónde.

—0—

Abi

—Como la estúpida de Amber se pase de lista que se vaya preparando porque le voy a hacer algo que no se va a olvidar en su vida...

—¿Abi?.—la voz de Ian me coge por sorpresa.

—Hablaba conmigo misma...—le digo mientras sigo caminando.—¿qué se te ofrece?.

—Una disculpa.—me freno en seco y me giro para mirarlo.

—¿Ahora?.

—Sabes que... Soy un cobarde.—agacha la cabeza.—pero después de tanto valor he decidido enfrentarlo y no perder a una amiga por mi culpa.

—¿Y bien?.—me cruzo de brazos.

—Perdón.—dice.—le diré todo a mi madre, le obligaré a que me asigne otro castigo peor....

—Y le dirás que eres gay.—termino por él.

—¡No! Mi madre no se puede enterar de eso...

—Todo el internado lo sabe ya...

—Lo sé, pero mi madre no, me mataría o diría que son tonterías mías.

—¿Y piensas callartelo para siempre? ¿Cuando te cases que le dirás?.—hago una pausa y él mira a otro lado.—no mamá es que a mi novia le gusta llevar el pelo corto y no quedaban trajes en la tienda.—pongo voz ridícula y él se ríe.

Me contagio.

—Trataré de ser valiente.

—Así me gusta amigo.—le doy un abrazo y no tarda ni dos segundos en respondermelo.

—0—

Las ocho.

Llevo puesto unos vaqueros negros rotos, junto a un chaleco corto, unas vans y una coleta mal hecha.

—¿A dónde vas?.—me pregunta Harper riéndose.

—Al parque de atracciones.—le informo.

—¿Vas a ir así?.—me pregunta y vuelve a reírse.

—¿Qué tiene de malo?.—me miro al espejo.

—Ven, ponte esto.

Me pasa unos pantalones cortos anchos blancos, un top negro y unos zapatos más formales. Cuando me visto, me hace una coleta mejor hecha.

—Mucho mejor.—se cruza de brazos.

—Estoy rara.—digo al verme.—no suelo usar estar cosas.

—Nunca viene mal algo nuevo.—se encoje de hombros.—¿te maquillamos?.—dice sacando una barra de pintalabios.

—¡Ni te acerques!.—me echo hacia atrás pero ella me persigue.

Comienzo a correr por toda la habitación y ella no se rinde. Abro la puerta y salgo corriendo hacia la zona de los chicos.

—0—

Un golpe.

Otro golpe.

Tercer golpe.

La puerta se abre.

¿Cómo se llama la obra?.

Vale ya, no es el momento de chistes.

—¿Qué haces aquí?.—frunce el ceño Leo.

—La princesita se ha retrasado.—me cruzo de brazos y ambos reímos.

—Se está arreglando.—me dice señalando hacia el interior de la habitación.—entra si quieres.

—No gracias, ls última vez que entré salió mal.—le recuerdo.

—Bueno, mal, mal...—dice.

—Adiós Leo.—cierro la puerta yo misma y me siento en el pasillo, para esperarlo.

—Hola Abi.—escucho una voz bastante familiar.

Giro mi cabeza y lo veo.

Y ahí vamos otra vez.

La hija de Josh Miller®| Terminada✔Onde histórias criam vida. Descubra agora