Capítulo 10.-Un almuerzo por un parque de atracciones.

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Me vestí con lo más elegante que tenía. Harper me ayudó, una gran sorpresa pero es verdad, me ayudó.

Resulta que ha leído tanto y de todo que sabe maquillar y peinar. Le pedí que no se pasará y se pasó. Y ahora soy, soy otra chica y no me gusto.

Mi pelo está hacia un lado con ondulaciones que me hacen una chica elegante y tengo un vestido negro escotado. Me acompaña unos pendientes negros haciendo juego con el vestido, pero la cara no me gusta. Parezco un payaso de circo y hoy no quiero asustar a nadie, quizás otro día.

Cuando la toallita iba a encargarse de quitar mi maquillaje Max llamó a la puerta.

-¡Un momento!.-pedí.-me niego a ir así.-me giré para ver a Harper a la cara.

-Pero si estás hermosa.

-Estar hermosa me da asco.

-Venga vete.

-Pero que no quiero que me vea así. Se va a reír de mi.

-Pues te aguantas.-me empujó.

Abrí la puerta y Max estampó su mandíbula contra el suelo. Sus párpados se abrieron como platos y yo solo quería morir.

-¿Vamos?.

-S-Si. Vaya, guau. No me esperaba esto.-dijo muy asombrado.

-Si lo sé, estoy horrenda, pero Harper se ha empeñado en que use el asqueroso maquillaje.

Max me observaba y no me apartaba la mirada.

-¿A donde vamos?.-alzo una ceja y pregunto.

-A comer con mis padres.

Cogí aire.

-¡Me estás queriendo decir que me he arreglado para ir a comer con tus padres!.-me frene y no seguí caminando.

-Mi padre es Bob Stone, el presidente.-presumió.

-No jodas.-dije. Entonces empecé a relacionar apellidos y todo encajaba.

Lo peor es que mi padre apoyaba a Dallas, y yo también. Es genial ir a comer con tu presidente y más aún cuando te cae mal. Vamos lo que ocurre todos los días -ironia-. Ahora entiendo porque Max me cae mal.

Seguimos caminado y me encontré a la directora llevando a Megan agarrada de la chaqueta y se paró en seco al vernos.

-Guau.-dijo Megan.-¿vas a recoger algún premio?.

-Si, el suyo, el mayor idiota del mundo.-ambas reímos.

-Oye.-se quejó Max.

-¿A dónde va usted?.-dijo la directora refiriéndose a mi.

-Viene conmigo.-habló Max y agarró mi cintura.

¿Y esas confianzas?.

Ella se quedó muy sorprendida con aquella respuesta que para nada se esperaba.

-¿Van juntos?.-volvió a preguntar.

-Así es.-dije y me separé de él.

Mordió su labio de rabia y se aguantó y se tragó su orgullo, aceptó la idea y se marchó.

No entiendo porqué me tiene tanto odio, si soy todo un angelito.

Esa no te la crees ni tu Abi.

-Vamos.-Max cogió mi brazo y continuamos caminando.

-No vuelvas a agarrar mi cintura si no quieres acabar en el mercado negro.

-Doña agresiva ataca de nuevo.-dijo con una graciosa voz.

-Don estúpido vuelve a decir otra estupidez.-dije con la misma voz.

-Doña gruñona deja salir a doña enana ambas pelean por ganar al asombroso Max, aunque eso es imposible.

-Doña gruñona y doña enana se unen y le hacen una llave a Max, él muere en el intento de alejarse de ellas. Abi gana el partido.

-¿Qué acaba de ocurrir?.-preguntó riendo.

-No sé pero ha sido divertido.-reí más fuerte.

-0-

Llegamos a su coche, me senté al lado suya, él arrancó y comenzó a mover el vehículo hasta que salimos del garaje y vimos la luz, entonces encendí la radio.

Side to side.

Empecé a cantar o mejor dicho a chillar haciendo que muchas personas captaran mi atención. La mayoría me conocían. Max me miraba de reojo y solo reía ante mis locuras.

Miré hacia atrás y me encontré un peluche sucio y amarillento, lo cogí por curiosidad y leí lo que decía la barriguita del muñeco.

17~7~13 ♡

Fruncí el ceño y Max me lo arrebató de las manos, ¿qué le ocurre? Mis manos no son fuego y no lo voy a quemar ni nada por el estilo.

-No toques mis cosas.

-¿Eso es tuyo? Está asqueroso.-dije mirándolo con una mueca.

-Es precioso no digas eso.- colocó el peluche donde estaba cuando un semáforo nos obligó a parar.

-Bien, cuando lleguemos tienes que comportarte, esto es muy importante para mi padre.

Y mis oídos escucharon que la liara.

-Si te portas bien, te recompensare con lo que tu quieras.

¿Estaba jugando con mis sentimientos? ¿Chantaje? ¿que pinta maluma en todo esto? No será tan fácil convencer a Abi Miller.

-Odio a tu padre, lo que quiero es arruinar su almuerzo.-dije obvia.

-¿Odias a mi padre?.-fruncio el ceño y yo asentí.-eso quiere decir, que apoyas a ....

-A Dallas, exacto.

-Joder.-llevó una mano a su cabeza.

-¿Qué?.

-No le digas eso a mi padre si no quieres acabar muy mal.-me advirtió.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar esas palabras. ¿Acaso el presidente era capaz de matarme?.

-Pero....

-Abi, por favor, comportate, es por tu bien.-su rostro presentaba preocupación y era lo que más me extrañaba, ¿Max preocupándose por mi?.-solo a mi se me ocurre traerte.-suspiró.

-No pensaba quedarme limpiando allí sola.

-Bueno, tu has lo que te digo y todo saldrá bien. Solo es un almuerzo.

-Okay, pero a cambio quiero...-toque mi barbilla y me dispuse a pensar una recompensa.

-A ver, ¿que quieres?.

-Que me lleves un día al parque de atracciones. Y me compres algodón de azúcar, uno enorme y quiero montarme en todo, contigo o sin ti.-dije.

Parecía una niña pequeña, pero no me inportaba, jamás había disfrutado en un parque de atracciones porque mi padre jamás me había llevado a uno.

Siempre era su trabajo antes, conocía el parque de atracciones como un lugar super divertido y encantador donde solo podías divertirte y no había tiempo para otras emociones.

-¿Solo eso?.-preguntó alzando una ceja.

-Sip.

-Okay, un parque de atracciones será.-se encogió de hombros.

-¡Siii!.-grité de la felicidad.

El semáforo indicó verde y nos pusimos en marcha. Señor presidente agarré su culo a la silla porque voy a ser la persona más buena que ha conocido en su vida.

Misión difícil pero no imposible.

La hija de Josh Miller®| Terminada✔Where stories live. Discover now