Capítulo 36.-Una confesión, una promesa y una extraña.

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Max se sienta en el pollete y deja colgar sus piernas al aire. No tardo ni dos segundos en dejar la fregona y sentarme a su lado.

—Es un bonito atardecer.—comenta.

—No me seas cursi.—pido rodando los ojos.

—¿En serio no te gusta el atardecer?.—me mira como si fuera un bicho raro.

—No a todas las chicas del mundo les gusta ver como se esconde un sol.—le sonrío.

—Eres tan especial...—musita mientras se pierde en mi mirada.

—Me lo dicen mucho, la poli por ejemplo.—me río un poco y él sonríe.

—No eres como ella...—ahora agacha la mirada y la curiosidad me ataca por sorpresa.

—¿Cómo quién?.—me arrimo más a él.

—No es nada...

—Ahora me lo dices.—me cruzo de brazos.

—Mary...

Y la famosa Mary ataca de nuevo, es que aunque esté en coma sigue estando aquí, ¿quién es la dichosa Mary que anda en la cabeza de todos?.

—Cuéntame sobre ella.

—Son cosas muy personales.

—Oye, Maximiliano, vale que te odie, pero siempre voy a estar aquí para apoyarte y ayudarte en lo que sea.—le levanto la barbilla y puedo apreciar lágrimas en su rostro.

—Ella era mi novia...—comienza y un nudo se me instala en la garganta.—la amaba con toda mi alma.

Si la amaba tanto, ¿cómo dice que me ama tanto ahora a mi? Me siento... ¿decepcionada?.

—Era nuestra cita, celebrábamos un año. Ella era mejor amiga de Harper, era una amistad sana y hermosa. Quedamos en una cafetería que ella amaba, ya que le encantaba el café, y yo fui con el osito de peluche que viste en mi coche, pero ella, jamás llegó.

—¿T-Tuvo el accidente?.—me atrevo a preguntar.

—Sí.—cierra los ojos y comienza a llorar desconsoladamente.

—Maximiliano ven.—abro mis brazos y él me abraza al momento.

Acaricio su espalda, y me pongo a pensar, Harper y ella eran mejores amigas, y acaba de decir que era una amistad sana, mi amistad con Harper no es sana... Soy una loca que no le falta un tornillo, le falta la ferretería entera. Y con él, él la amaba y aún le duele, ¿cómo voy a estar con un chico que aún ama a alguien? Y más cuándo esa chica es mejor, mucho mejor, que yo.

—0—

—¿¡A dónde me llevas!?.—pregunta Harper por... Perdí la cuenta.

—Cállate ya.—le digo.

Cuando llegamos a un puente hermoso, le quito la venda y le dejo ver el hermoso paisaje.

—¿Y esto?.

—Harper, lo he estado pensando.—muerdo mi labio inferior.—y yo también quiero ser una amistad sana para ti.

—¿Sana?.

—Sé que Mary era tu mejor amiga, y teníais la mejor amistad del mundo, ella era buena cómo tú y todo ese rollo, y bueno quizás...

—Abi...—me interrumpe.

—Déjame acabar, bueno eso, quizás yo no sea la mejor con los estudios, ni la niña más buena, quizás me gustan las bromas y ser así, rebelde... Pero quiero que tengas una buena amiga, así que voy a estudiar y a graduarme contigo.—le sonrío.

—Abi, no tienes que cambiar por Mary.—ríe.— eres la mejor amiga que he tenido nunca, en serio, eres una chica loca, divertida, rebelde, que me ha enseñado como es la vida de verdad... No te cambiaría por nada del mundo amiga.—me abraza y la abrazo.

—Mira.—me saco unos colgantes del bolsillo, en los que está grabado bff y le doy uno.—esto es para nosotras y si te traigo aquí es porque quiero que hagamos una promesa.

—¿Promesa?.

—Que nunca nos vamos separar, aunque estemos separadas.—llevo mi mano al pecho y ella hace el mismo gesto.

—Prometido.—sonríe y sonrío.

—0—

Estamos en el campus, todos, bueno menos Max. Jugamos a voley, mi equipo va perdiendo.

Meg es peor jugadora que Mia, y Meg está en mi equipo. Pero para la próxima me pido a Mia en mi equipo.

—Abi, podemos hablar.—la voz de Max llega a mis oídos y me giro para verlo.

—Maxi...—un golpe fuerte llega a mi cabeza y de repente todo se vuelve negro.

—0—

Abro mis ojos, poco a poco, ya que lo veo todo borroso, pero la vista se va aclarando y veo el rostro de Max. Al tiempo reconozco que me está acariciando la mejilla.

—¿Estás bien?.—oigo de fondo.

—¿Q-Qué ha pasado?.—trato de levantarme pero un dolor muy fuerte se instala en mi cabeza y vuelvo a tumbarme.

—Te han dado con el balón, Mia.—me informa Max.

—Oooh.—bufo y llevo mi mano a la frente. Tengo una bolsita de hielo en esta.

—Tranquila, Max está aquí para cuidarte, bebé.—dice con voz de bebé y sacando su labio inferior.

—Vete a la mierda Maximiliano.—le suelto de manera borde.

—Es ella, todo bajo control.—le dice a la enfermera.

Entonces le pego en el brazo y él solo ríe.

—Me alegro de que estés bien.—me dedica una sonrisa y yo le levanto mi labio inferior.—por cierto, ¿cuándo vamos a ir al parque de atracciones?.

—¿Aún te acuerdas de eso?.—ruedo los ojos.

—Nunca lo he olvidado.—se encoge de hombros.

—Bien Max, fuera, tengo que inspeccionar a Abi.—le dice la enfermera.

—Te espero fuera con Harper.—me dice y desaparece de la sala.

—0—

Tras dejar a Max por el camino, Harper y yo seguimos hasta nuestra habitación, sigo con la bolsita de hielo en la cabeza y aún me da vueltas el edificio.

Abro la puerta de nuestra habitación y nos llevamos una gran sorpresa al ver una tercera cama justo en frente de las nuestras. Maletas rosas a un lado, junto con un bolso.

Una chica morena, de pelo rizado sale del baño, grita y abraza a Harper en una milésima de segundos. Yo me quedo allí, observando todo y sintiéndome extraña.

—¡Prima!.

Holaa, ¿os va gustando la novela?. Dejad aquí los comentarios de que os parece.

Un besito y buen día♡

La hija de Josh Miller®| Terminada✔Where stories live. Discover now