A no ser...

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La luz del sol traspasa las persianas llegando hasta mis párpados con delicadeza. Lentamente abro los ojos y miro a mi alrededor somnolienta.

— ¿Eh? —me refriego los ojos— ¿Qué?...

Espera, espera, espera...

Me siento en la camilla rápidamente palpando mi mano sobre el pecho. Esta vendado y seguramente cosido. Pero estoy viva. Sonrío como una tonta.

Me dejo caer en la camilla soltando un suspiro y llevando las manos a la cabeza. Al fin la buena suerte aparece en mi vida.

Luego observo cada detalle de la habitación. La camilla con sábanas blancas esta a la izquierda con una pequeña mesilla, también blanca, acompañada de una lámpara. Una ventana grande con doble cristal que esta situada a mi lado, en estos momentos esta abierta dejando entrar un poco de aire fresco. A mi derecha hay un taburete de metal y plástico, aparte del suero. Y por último, un pequeño baño al lado de la puerta.

Miro a todos lados buscando mi móvil o alguna otra cosa para hablar con mi familia o con Ingrid. Pero nada, no hay nada.

Suspiro. Pues nada, estoy incomunicada en... ¿Un hospital?

A ver Cris, OBVIAMENTE estas en un hospital

Calla.

Pero ¿Cual? A mi no me suena este hospital...

Miro hacia le ventana para poder identificar en que sitio estoy, aunque sin resultados. No llego a ver por la ventana. Cojo el suero y lo acerco a mí. Luego me muevo por la cama con cuidado mientras muevo el suero conmigo. Me asomo por la ventana y en seguida me llega el aroma a invierno.

Espera, otra vez.... ¿Invierno? Mi nariz no me engaña, huele a invierno. Pero, no puede ser... Tiene que oler a otoño. ¡Porque estamos en otoño!

Frunzo el ceño y me asomo mas.

Esto no me suena de nada... ¿Es este mi pueblo? No tiene pinta... ESPERA, ESPERA, ESPERA ¿¡ESO ES LA TORRE INAZUMA...?!

— ¡¿Pero qué...?! —la puerta se abre haciendo que de un pequeño salto en la cama por el sobresalto.

— ¡Cariño! —grita mi madre desde la puerta corriendo hacia mí para abrazarme hasta que quedo sin aire, pero en estos momentos, no le doy mucha importancia.

— Mamá... —susurro con las lágrimas a punto de brotar de mis ojos.

— Ehem —una voz masculina me distrae de los mimos de mi madre. Mi madre me suelta, me da un beso en la frente y se separa de mí. Gracias al acto de mi madre, puedo averiguar de quien se trata la voz. 

Era un hombre alto, con gafas, moreno, ojos verdes y con uniforme de médico.

— ¿Te encuentras bien, pequeña? —dijo con dulzura.

Oh vamos, puede que no tenga los 15, pero soy mayorcita.

— Si —dije algo fría. No soy de esas personas bordes y antipáticas con la gente, pero hay una cosa que no puedo soportar, y es me que me infravaloren. Sea por lo que sea. Lo odio.

— ¿Te duele? —dice observándome con detenimiento. Yo instintivamente me pongo las manos en el pecho.

— Un poco...

— Es normal —aclara— Dentro de dos meses te daremos el alta y podrás seguir con tu vida normal... Aunque me temo que tendrás que quedarte aquí hasta febrero.

Vale, confirmado que estamos en invierno.

¿Pero si cuando ese maldito me disparó, era un día después de mi cumple? Y, si me sé cuando es mi cumple, es en noviembre.

¡Y noviembre es un mes de otoño!

A parte, yo por la ventana vi la torre Inazuma...

...

No estoy entendiendo nada.

A no ser....

No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no y no.

¡Eso es imposible! No puede ser que este...

No, no, no, negativo e imposible.

— ¿Cariño? —miro a mi madre y me doy cuenta de que el doctor ya no está en la habitación. Mi madre me mira con cara de "¿Qué estas pensando?". Sacudo la cabeza sacando las ideas fangirls de mi mente y vuelvo a mirarla con una pequeña sonrisa de disculpa.

— ¿Qué decías mami? 

— ¿Algún día vivirás con los pies en la tierra? —suspira— Te decía que hoy me pasaré la noche contigo.

— Ah vale.

Vale, vale, vale. Cálmate Cris. Mantén la cabeza fría.

Pregúntale a mamá sobre Ingrid

Buena idea

— Mami.

— Dime —aparta la mirada de la televisión.

— Ingrid... —busco las palabras adecuadas— ¿Va a visitarme? —me mira confusa.

— Cariño ¿Quién es Ingrid? ¿Es una amiga tuya?

...

¿¡QUÉ ,QUÉ, QUÉ, QUÉ, QUÉ, QUÉ?!

Vale, ahora me esta resultando bastante DIFÍCIL mantener la cabeza fría.

Vale Cris, busca opciones para que esto tenga sentido. Bien, bien, bien.

Opción 1: Puede que este soñando.

No, no es la misma sensación, además, sentí el cuerpo de mi madre cuando me abrazó, y yo en mis sueños, no siento nada físico.

Opción 2: Puede que este muerta.

...

Vale, lo voy a verificar.

— Mami. —le llamo la atención provocando que me mire— Pellízcame —me mira extrañada.

— Cariño, creo que te esta afectando todo esto. Seriamente —hace énfasis en la última palabra.

Vale, la reacción de mi madre ha sido bastante natural en ella y, antes, también verifique que no estoy muerta.

Y por último...

Opción 3: Estoy en el mundo de Inazuma Eleven.

Vale, esa es la última opción y no se me ocurren más. Pero...

¡Es ilógico!

A ver, vamos a probar...

— Mami —suspira con pesadez y me vuelve a mirar, esta vez entrecerrando los ojos.

— ¿Qué quieres? —suelta con brusquedad.

— ¿Voy... a ir al instituto... Raimon?


La jugada perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora