Capítulo 13

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MAX POV

No entiendo nada.

No sé lo que sucede entre Amy y yo. Luego de obsequiarle aquel libro las cosas tomaron un rumbo… raro. No tienen idea de lo ansioso que estaba cuando metí aquel paquete dentro de su bolso, mis manos temblaban sin ningún motivo, espero que no se haya notado.

Esa misma tarde recibí una llamada suya. Estaba extasiada de felicidad.

Y yo estaba sonriendo. Mucho. Probablemente parecía un idiota… lo cual, responde a la mirada que me lanzó mi madre luego de terminar la conversación con Amy y me quedé mirando el celular por unos buenos cinco minutos.

Luego ella sonrío mínimamente, negó con la cabeza y salió de la habitación.

Dios, que idiota.

Estamos sentados en el pasillo del instituto, yo estoy recostado por la pared mientras que la cabeza de Amy yace sobre mi hombro derecho. Ambos miramos hacia adelante, al olvido, sumidos en tumultuosos pensamientos.

Vaya maldito examen de Política el que tuvimos ahí dentro de la clase.

Los finales se acercan y no quiero pensar en ello, pero me es imposible y todo es una mierda.

–¿Quieres algo? –Pregunta repentinamente Amy– iré a comprar algo para comer.

Bueno, no todo…

–No, nada. Gracias –respondo cerrando por un momento los ojos.

–De acuerdo –dice ella. Y con eso dicho se levanta del suelo y continúa derecho por el pasillo hacia el comedor. La observo alejarse y pienso en… nada. Sólo la observo.

Cinco minutos después Kiaa toma asiento a mi izquierda. Ella es todo movimiento, nunca estando quieta, siempre de un lado a otro. Es como si tuviera un gusano dentro suyo que no le permite estar calmada por un segundo.

–Hola –dice, tomando su cabello rojizo teñido y poniendo a un lado mientras recuesta su cabeza por la pared.

–Hola –respondo. En realidad, Kiara es bastante agradable, creo que puedo entender por qué ella y Amy se llevan bastante bien.

–Bonito el regalo que le has dado. Bien hecho.

La miro por el rabillo del ojo, la esquina de mi boca sube.

–¿Sí?

Ella asiente.

–Le ha encantado. Lo juro, te ganaste su corazón con aquel regalo.

Río.

–Eso… suena bien.

–En realidad –dice una nueva voz. Por inercia mi cabeza sube hacia arriba– soy bastante fácil de comprar. Me he dado cuenta, da un poco de pena. Regálame libros y soy tuya, no sé.

Kiara ríe. –Lo sé, lo sé.

Mi sonrisa se vuelve una astuta. –Bueno, si lo pones de ese modo…

–¡Oye! –dice Amy, pasándome un chupetín de color rojo– Ten.

A pesar de que le dije que no quería nada… bueno, cómo uno se niega a las golosinas? Imposible.

–Gracias –digo, la miro y muevo mi cabeza hacia mi costado derecho, señalando el hecho de que tome asiento nuevamente a mi lado. Mi hombro se siente vacío.

–¿Y para mí? –suelta Kiara, haciendo un puchero. Los ojos de Amy se abren como platos por un segundo y luego sonríe disculpándose.

–Lo siento.

Él es malas noticias!Where stories live. Discover now